El segundo día de huelga en la empresa municipal de transportes de Sevilla (Tussam)se inició hoy nuevamente con dificultades en la salida de los vehículos por la acción de los piquetes, aunque por el momento no se ha registrado ningún tipo de incidentes, frente a la jornada inaugural, en la que hubo rotura de lunas y pinchazos en las ruedas de algunos autobuses.
Según explicó a Europa Press el vicepresidente de Tussam, Guillermo Gutiérrez, ha habido "dificultad" a la hora de sacar los autobuses de las cocheras, si bien la Policía, que ya se encontraba avisada tras los acontecimientos del día anterior, procedió a dar paso a los vehículos, por lo que "únicamente se ha experimentado un poco de retraso".
Por lo demás, las primeras horas de la jornada laboral han transcurrido con "normalidad absoluta", con un seguimiento de la huelga que en el sector de los conductores se cifra en un 100 por ciento. "Es muy difícil y casi heroico que un conductor se salte la huelga, porque para eso están los piquetes informativos, que informan de lo que le podría ocurrir", ironizó, señalando que en el resto de servicios -Metrocentro, talleres, administración- se va recobrando la normalidad con un goteo de incorporaciones".
Los tiempos de espera, según Gutiérrez, están establecidos en una media de unos 20 minutos, "en algunos casos más y en otros menos", si bien el servicio especial de Feria funcionó "muy bien", con tiempos de ocho minutos. "Lo que más ralentiza es la taquilla", señaló, agradeciendo en este sentido tanto el trabajo de la Policía, que da "prioridad absoluta" a los autobuses para que puedan llegar antes, como el "comportamiento ejemplar de la ciudadanía".
En el último encuentro celebrado entre la directiva y los sindicatos con representación en esta sociedad municipal -CCOO, CGT, la Asociación Sindical de Conductores (ASC) y SITT-, la dirección de Tussam resolvió retirar el documento inicial del plan de viabilidad acordado por el consejo de administración el pasado mes de septiembre al objeto de reflotar la compañía, que cerró 2009 con pérdidas por valor de 52,2 millones de euros y arrastra pasivos de más de 136 millones de euros.
Los términos del plan de viabilidad, de hecho, comprendían la reducción del coste salarial que afronta la empresa, la congelación del volumen de la plantilla y la externalización de las líneas más ruinosas.
