El presidente italiano, Romano Prodi, presentó ayer su dimisión tras negarle el voto de confianza un Senado convertido en patio de colegio. Y es que antes de la votación, un legislador democristiano fue agredido, insultado y escupido por anunciar su voto a favor de Prodi y contra la postura de su partido, que inició la crisis de Gobierno.
El Senado italiano negó ayer el voto de confianza pedido por Prodi, lo que forzó al líder de la coalición de centroizquierda La Unión a presentar su dimisión al jefe del Estado. Prodi, de 68 años, pidió el apoyo del Parlamento tras la decisión del pequeño partido aliado democristiano Udeur de abandonar la compleja coalición de Gobierno, formada por 14 partidos, que quedó en minoría en la Cámara Alta.
El recuento tumbó las esperanzas de Prodi, que se sometió a 33 mociones y votos de confianza en20 meses de mandato, por cinco votos -161 senadores en contra frente a 156 a favor, más una abstención-. Dos de los tres senadores del Udeur y otros dos del grupo de Lamberto Dini, miembro de la coalición, desnivelaron la balanza.
Prodi, a quien el miércoles la Cámara de Diputados sí le dio la confianza -donde La Unión tiene mayoría- pidió el voto a los senadores asegurando que Italia no puede permitir un "parón" político y con la advertencia de que un "vacío político" puede dañar a la economía. Hasta se mostró dispuesto a remodelar el Gobierno, reformar las instituciones y aprobar una nueva ley electoral. La oposición conservadora le negó esta confianza afirmando que la única salida son las elecciones anticipadas.
Tensión e insultos.Antes de la votación, el Senado se asemejaba más a un patio de colegio. "Maricón, eres una basura, eres una puta, eres una muñequita", le espetó la oposición italiana al senador Nuccio Cusumano, cuando anunció que votaría a favor de la moción de confianza, en contra del criterio de su partido, el Udeur.
El enfrentamiento comenzó cuando Cusumano, uno de los tres senadores de la formación que abandonó la coalición, desveló su voto, lo que originó que su compañero Tommaso Barbato se dirigiera a su escaño y le gritara "vendido, cornudo y pedazo de mierda". Inmediatamente, el hemiciclo se llenó de gritos contra Cusumano desde los asientos del centro derecha. Además de los insultos, Barbato también escupió en la cara a Cusumano mientras intentaba pegarle puñetazos, según el legislador Sergio de Gregorio, que estaba cerca de la escena. El presunto agresor negó estos detalles, aunque admitió que no lo había tratado bien. Al final, Cusumano se desmayó y tuvo que ser sacado en camilla para ser atendido.
