Una delegación compuesta por eurodiputados y responsables de integración y cohesión regional de la Unión Europea visitó ayer el Polígono Sur y se adentró en el trabajo que, desde hace ya cuatro años, viene desarrollando la oficina del Comisionado en las zonas más vulnerables de una comunidad residencial mayoritariamente ocupada por familias trabajadoras e integradas en la sociedad que, sin embargo, se ven obligadas a vivir bajo el estigma de los guetos en zonas muy localizadas de Las Vegas y las Tres Mil Viviendas.
La expedición europea se interesó especialmente por las políticas de integración de la población gitana, ya que en la zona existe una comunidad superior al 25% del total de vecinos. Uno de los avances que más sorprendió a la comitiva fue el hecho de que las políticas de integración puestas en marcha por el comisionado no hagan distingo entre razas, como ocurre en los programas de atención socio educativa y laboral del centro Orienta, donde convergen hasta 19 proyectos distintos en los que indistintamente participan payos y gitanos.
Europa, sabedora del esfuerzo de integración de todas las administraciones españolas en la recuperación de la zona, también aporta fondos para la rehabilitación, que podrían ampliarse tras conocer sobre el terreno esta realidad deprimida que empieza a ver frutos. El Comisionado, Jesús Maeztu, sigue trabajando con eficacia y discreción, pero hay problemas que destruyen los avances como si fuera un castillo de naipes. Es el caso del centenar de niños sin escolarizar tras la huida de sus familias por el tiroteo mortal. La educación es el arma más eficaz para acabar con los guetos y las administraciones deben esforzarse hasta la extenuación para que no haya retrocesos en una zona tan vulnerable. La corta visita de los eurodiputados no es sino un paso más. Aún queda mucho por hacer entre todas las administraciones.
