Al nivel al que ha llegado el Sevilla, la eliminatoria que tiene ante sí ante el Sporting de Braga de la previa de la Liga de Campeones no es una oportunidad, ni un premio, ni una cita para el lucimiento. La eliminatoria ante el Sporting de Braga es una obligación. Una obligación deportiva, porque el Sevilla quiere y debe seguir en la elite europea, y esa sólo se encuentra en la Liga de Campeones. Pero sobre todo una obligación económica. La supervivencia del Sevilla de hoy día sólo es posible con los ingresos que proporciona la máxima competición europea. Es lo que permite al equipo mantener el nivel deportivo para, después, luchar por títulos que den más prestigio, pero que son menos rentables, como la Copa del Rey o la Supercopa de España.
Por ello, la verdadera cita del verano, por mucho lustre que dé el enfrentamiento ante el Barcelona en la Supercopa de España, es el duelo a doble partido ante los ‘Guerreros del Miño’. José María del Nido, Monchi y por supuesto Antonio Álvarez lo tienen claro, y por ende toda la plantilla, que también sabe que el brillo está en el torneo de las estrellas. Será por eso que esta noche el técnico nervionense no tiene pensando reservar absolutamente nada y quiere ir a por todas en el peculiar estadio de Braga y que intentará, si puede, dejar la eliminatoria vista para sentencia en la ciudad portuguesa, a orillas del Miño.
Porque en teoría, y en la práctica, el Sevilla es el favorito. No se puede quejar del sorteo el conjunto hispalense, que lo emparejó con uno de los contrincantes más débiles del bombo. Cierto que el Sporting de Braga es actual subcampeón de la Liga de Portugal, puesto que le ha permitido acceder a esta previa. Y cierto que el conjunto que entrena Domingos Paciencia cuenta en sus filas con jugadores algo desconocidos, pero de calidad. Pero lo más cierto de todo es que el potencial sevillista, cuya vigencia quedó bien patente en la segunda parte del encuentro del pasado sábado ante el Barcelona, es superior.
LUIS FABIANO. Porque contar con Luis Fabiano y Kanouté, o delanteros de nivel similar, es algo que no pueden decir la mayoría de los equipos europeos, y el Sporting de Braga, tampoco. El brasileño, por cierto, quedará ligado al Sevilla al menos la temporada que le queda si juega, como parece, algún minuto esta noche. De hacerlo, no podría jugar esta competición en otro equipo Champions, como mínimo hasta el mes de enero.Aunque alguna opción hay de que O Fabuloso comience desde el banquillo y Álvarez opte por colocar sobre el terreno de juego a Kanouté y Negredo de inicio, más frescos a priori. Son conjeturas, como la posible entrada en el equipo de Capel por Perotti y la de Squillaci –más probable– por Fazio. La única novedad asegurada es la vuelta de Fernando Navarro, lo que llevará a Dabo a la derecha, dada la baja de Konko.Eso en nombres, pero en táctica es presumible que el entrenador del Sevilla vuelva a la fisonomía prometida en su ascenso al banquillo blanquirrojo. Dos delanteros. El ejemplo, y se encargó de remarcarlo ayer el director deportivo, es la segunda parte ante el Barcelona, y en ella estaban en el campo dos atacantes. También Cigarini, aunque lo probables es que hoy espere su oportunidad en el banquillo. Lo importante, al fin y al cabo, es encarrilar la eliminatoria y abrir las arcas sevillistas al tesoro, al maná de la Liga de Campeones.
