Inmerso en la encrucijada en la que él solito se metió en Braga, el Sevilla se encuentra ante otra oportunidad de adjudicarse un nuevo título, su segunda Supercopa de España y la posibilidad de casi triplicar las copas que el club lucía en sus vitrinas hace cinco años. Casi nada. Jugar la Champions da mucho dinero pero, a la larga, alzar un trofeo oficial aporta esplendor a las fichas del club que se consulten dentro de una década.
Defender un 3-1 en la ida no debería ser tarea complicada para casi ningún equipo de nivel. Pero teniendo enfrente a este Barça cualquier renta es poca. Esa fue la impresión con la que la hinchada abandonó hace siete días el Sánchez Pizjuán: partidazo, gran resultado, pero nada definitivo. Aunque el único precedente en el que el equipo de Guardiola se encontró con la obligación de remontar ese resultado no fue positivo para los catalanes –ya que fue el Inter de Milán, el de José Mourinho, el que jugó la final de la Champions en el Bernabéu– en Nervión no se fían.
Precisamente en el coliseo madridista fue donde los blanquirrojos alzaron su primera Supercopa en el mismo escenario en el que, dos meses antes, habían ganado la Copa del Rey de 2007. Hoy tienen la posibilidad de repetir gesta 84 días después de fulminar el doblete del Atlético en el Camp Nou. Las últimas visitas ligueras al barrio de Les Corts no son muy halagüeñas, aunque el sevillismo se acoge a días de gloria. Principalmente a la visita copera de enero, en la que el equipo que entonces entrenaba Jiménez se impuso contra pronóstico. En 2008 el Sevilla fue eliminado por un pírrico 1-0, que si se diera en el partido de hoy significaría que la Supercopa viaja a Nervión y, cómo no, la ya referida final del 19 de mayo que posibilita que el Sevilla se juegue tanto hoy. Por no hablar de la Supercopa de Europa de 2006.
En el primer y en el tercer choque referido, uno de los protagonistas fue Diego Capel. El albojense pelea para jugar con Perotti y esa es una de las grandes dudas. La prioridad este verano era la previa, pero habrá que ver si Álvarez apuesta por el buen estado de forma del argentino o por la estrella de Capel en el Camp Nou. En principio Perotti parte con ventaja, así que a la hora de dar el once se sabrá cuál es la prioridad agosteña del mister. El que no va a jugar seguro es Squillaci, con la cabeza en el Arsenal, así que Fazio no debe agotar otra oportunidad para reivindicarse. Arriba, si el marchenero retomara las rotaciones del principio de la campaña pasada sería el turno de Negredo.
MÁS CUAJADO. En el Barça, un club que apenas celebró la conquista de su última Liga, la Supercopa es poco más que un trofeo de verano, aunque no sea plato de buen gusto regalarla. Sobre todo cuando tienen la oportunidad de adelantar al Real Madrid en el palmarés de la competición –los dos empatan a ocho entorchados-.
El club catalán no planificó la incorporación de sus jugadores teniendo en cuenta esta cita y, de hecho, Guardiola no tuvo ningún problema en llenar de canteranos y no habituales el once que jugó en Sevilla. Una decisión que en el descanso parecía suficiente y al término muy osada.
Hoy será distinto, aunque no demasiado. El de Santpedor no va a alinear a todos sus campeones del mundo, aunque parece que Piqué, Iniesta y Villa repetirán la columna vertebral de Sudáfrica. Cerca estarán otros como Ibrahimovic, Messi o Alves, jugará algún canterano y Pinto defenderá los palos. Ingredientes más que suficientes para darle el primer título como presidente.
Alineaciones probables:
Barcelona: Pinto: Alves, Piqué, Milito, Abidal; Thiago, Busquets, Iniesta; Messi, Ibrahimovic y Villa.
Sevilla FC: Palop, Dabo, Fazio, Escudé, Fernando Navarro; Navas, Zokora, Renato, Perotti; Luis Fabiano y Negredo.
Árbitro: Fernando Teixeira (comité cántabro)
Estadio: Camp Nou (20.30 horas)
