El Sevilla despidió la Liga situando el listón aún más alto. Su victoria sobre el Numancia, con goles de Armenteros y Moreno -éste en propia meta-, le permite alcanzar los 70 puntos, cifra sólo superada por el Sevilla más laureado de la historia (71). Manolo Jiménez tiene un argumento más a su favor.
El pastel estaba ya hecho y sólo faltaba ponerle la guinda. Y el Sevilla lo hizo, para alegría de su afición, que ve cómo su equipo remacha el pase a la Champions con una nueva victoria, y también para Manolo Jiménez. A partir de ahora, el técnico podrá presumir, con toda justicia, de haber logrado registros históricos, como son esos 70 puntos y sus 21 victorias en Liga, récord del club y que desde ayer comparte con el Sevilla de la temporada 2006/07. Ahora, toca pensar en los nuevos retos y cómo afrontar una campaña que será más dura si cabe.
Entre un equipo clasificado para disputar la fase de grupos de la Liga de Campeones y otro que ha terminado en la parte más baja de la tabla las diferencias deben ser grandes, pero en vista de que sólo se puso en juego el honor, hubo que esperar hasta el final para comprobarlas en la práctica. Sólo el desparpajo de un futbolista como Diego Perotti, desequilibrante por momentos, dio algo de brillo a un partido sin demasiada historia que se decidió en sus últimos compases gracias a los goles del voluntarioso Armenteros, que empujó un buen servicio de Chevantón, y Moreno -en propia meta- a centro de Perotti.
Desde el principio quedó claro que la satisfacción de poner punto final a la temporada con una victoria era la única motivación para ambos equipos. En la primera parte, ni Sevilla ni Numancia imprimieron al juego la intensidad propia de un partido de Primera, y eso se tradujo en una relajación que en nada ayudó a lo que debería ser un espectáculo. Javi Varas y José Ángel Crespo, dos de las novedades que presentó Jiménez dentro de una alineación plagada de caras nuevas, fueron los dos futbolistas más destacados del Sevilla antes del descanso: el portero, por su buena respuesta, una vez más; y el lateral, ayer en banda izquierda, por papel que jugó ataque, hasta el punto de que suyas fueron las dos únicas ocasiones de gol del equipo en la primera parte, ambas abortadas por el meta Juan Pablo. Acosta y Koné, la pareja de ataque, nunca encontró su sitio y casi ni inquietó al Numancia.
Aranda, empeñándose en poner a prueba a Javi Varas, y Barkero fueron las únicas amenazas para un Sevilla que fue a más con el paso de los minutos, justo cuando su adversario comenzaba a dejar espacios entre líneas. Y fue entonces cuando aparecieron los futbolistas más veloces. Perotti y Jesús Navas, que sustituyó al Laucha, comenzaron a poner en jaque al rival. En plena ofensiva, Chevantón, que también reaparecía en Liga, dio un balón de gol a Armenteros que éste no desaprovechó. Era el minuto 87. Tres más tarde, Moreno, en propia meta, hacía el 0-2 para un Sevilla que acabó marcando diferencias pese a jugar con un equipo plagado de no habituales. La Liga 2008/09 ya es historia y se despide con un buen broche.
