Con un único fichaje por bandera, pero con el atractivo de representar al fútbol andaluz en la Liga de Campeones, el Sevilla FC dejó atrás el periodo vacacional para encarar una temporada que se presenta ilusionante. El tercer clasificado de la Liga española desea seguir siendo grande.
Admitía Manolo Jiménez el pasado miércoles por la noche, arropado por un puñado de fieles en su localidad natal, Arahal, la posibilidad de que el Sevilla pudiera pelear por conseguir un título en el curso futbolístico que se abrió ayer con los tradicionales reconocimientos médicos. Se enfrenta el técnico a un reto ilusionante, que medirá su capacidad para dirigir un equipo plagado de buenos jugadores. El tercer clasificado de la Liga española quiere seguir siendo grande y para ello no cabe otra misión que pelear con los gigantescos Barcelona y Real Madrid, aparentemente en otra galaxia. Y hacerlo además con la firme intención de pasar los octavos de final de la Liga de Campeones, el tope del Sevilla en su primera participación en la competición más selecta del orbe.
El primer pasito se dio ayer. Javi Varas, David Prieto, Fernando Navarro, Jesús Navas, Konko, Maresca, Koné, Lolo, Casado y Tom de Mul fueron los protagonistas de unas escenas que se repiten verano a verano. Periodismo agolpado a las puertas de las instalaciones médicas, carreras de los futbolistas en la cinta magnética envueltos en un millón de cables y análisis de todo tipo para calibrar el estado de salud de unos jugadores que tendrán que sufrir una temporada plagada de sesiones de entrenamiento y partidos.
Como no puede ser de otra forma, siguiendo una norma marcada desde tiempos ancestrales, el preparador físico, Ramón Orellana, alabó las condiciones en las que el grupo elegido regresó al trabajo. "Los jugadores se han cuidado en verano y vienen de peso en un estado fenomenal, mejor que el año pasado". Así se expresaba Orellana en las afueras del Centro Andaluz de Medicina Deportiva, por donde hoy seguirán desfilando futbolistas.
CADA CUAL A LO SUYO. Heterogénea la composición del primer grupo de trabajo. Se mezclaban indiscutibles como Jesús Navas o Fernando Navarro con compañeros que saben que tendrán que hacer las maletas, pues su relación con el Sevilla se limita al aspecto contractual. Por eso Lolo hablaba más del Málaga que de su futuro en el club nervionense, Casado pasaba inadvertido, Maresca iba a lo suyo y De Mul volvía a sufrir, una vez más, que los focos de la atención mediática se centraban en Jesús Navas. Demasiada carga para el belga.
MARESCA Y CHEVANTÓN NO VIAJARON A ROTA. El centrocampista italiano Enzo Maresca y el delantero uruguayo Ernesto Javier Chevantón no se han subido al autobús que traslada a la plantilla del Sevilla a su concentración de pretemporada en Rota (Cádiz), ya que ninguno de los dos cuenta para el entrenador, Manolo Jiménez.
Maresca, de 29 años y con contrato hasta 2011, ha alcanzado un acuerdo para fichar por el Olympiakos griego para las tres próximas temporadas y está a expensas de que el Sevilla acuerde con el club ateniense la cuantía de su traspaso, que rondará el millón de euros.
El centrocampista, que llegó al Sevilla en 2005 procedente de la Juventus, se ejercitó esta mañana con el resto de sus compañeros en el campo de golf Real Club Pineda, donde departió con Jiménez, quien le deseó suerte en su nueva etapa.
Chevantón, también con contrato hasta 2011, no se entrenó ni ayer ni hoy a causa de una gastroenteritis, según el parte médico, aunque el motivo de que no vaya a la concentración no obedece a este leve problema físico sino a la voluntad del Sevilla de encontrarle un destino.
