El presidente José María del Nido, acompañado de Dora Luisa Dachesky Álvarez, nieta adoptiva del que fuera presidente del Sevilla FC, Manuel Blasco Garzón, será recibido este lunes a las 13.30 horas en el Ayuntamiento por el alcalde Juan Ignacio Zoido. Aprovechando la visita de la familiar de Blasco, que reside en Argentina pues fue allí donde falleció el otrora mandatario nervionense, el Sevilla FC ha querido solicitar una audiencia al alcalde para pedirle el nombre de una calle de la ciudad para el ex mandatario nervionense, que fue una personalidad polifacética y sublime en la sociedad sevillana de las primeras décadas del anterior siglo. Entre otros méritos, Blasco, además de ser presidente del Sevilla entre 1923 y 1925, fue presidente de la Federación Andaluza de Fútbol, concejal del Ayuntamiento de Sevilla y diputado en las Cortes en varias legislaturas, tanto en tiempos de Alfonso XIII como de la Segunda República. Además, fue alcalde en funciones de la ciudad de Sevilla e incluso ministro de Comunicaciones y Marina Mecante, así como Ministro de Justicia, en los últimos gobiernos de la Rapública. Finalmente, pasó al exilio en Argentina, donde ejerció como cónsul general y ministro plenipotenciario del gobierno republicano en el país austral. Pero si por algo pasará a la historia la figura de Manuel Blasco Garzón es por ser el artífice, desde su presidencia en el Ateneo de Sevilla, del homenaje a Luis de Góngora que se organizó en Sevilla en 1927 y que reunió a una serie de poetas irrepetibles que por aquel entonces comenzaba a destacar y que desde ese momento pasarían a integrar la célebre Generación del 27. Blasco fue el anfitrión, y de esa forma aparece en la histórica foto de familia de aquel encuentro, de los Alberti, Lorca, Guillén, Gerardo Diego, Damaso Alonso, Bergamín y compañía. Entre sus principales méritos como mandatario sevillista está la consecución de dos Copas de Andalucía, la organización de la final de Copa del Rey de 1925, así como del primer partido que disputó la selección nacional en Sevilla, concretamente en el estadio sevillista Reina Victoria, choque en el que debutaron los dos primeros internacionales nervionenses, Herminio y Spencer.
