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El Sevilla gana su quinto Carranza

El Sevilla se hizo ayer con el 'Troffeo de los trofeos', el Carranza, cumpliendo con lo previsto y superando ampliamente y con comodidad a un honesto Cádiz pero que a día de hoy, evidentemente, está a años luz del equipo nervionense. Foto EFE.

el 15 sep 2009 / 10:02 h.

El Sevilla se hizo ayer con el 'Troffeo de los trofeos', el Carranza, cumpliendo con lo previsto y superando ampliamente y con comodidad a un honesto Cádiz pero que a día de hoy, evidentemente, está a años luz del equipo nervionense. Por mucha animosidad que hubiera en el equipo amarillo y en las gradas, apenas llegó a hacerle cosquillas el conjunto anfitrión a la engrasada máquina de Jiménez, que con el logrado ayer suma su segundo torneo del verano, y los dos de prestigio, el de los Ferrocarriles de Moscú y el de la Tacita de plata.

Teniendo en cuenta la diferencia existente entre ambos equipos, el encuentro y el resultado sirvió para confirmar varios detalles en un equipo sevillista que pide a gritos que comience la Liga para sumar puntos además de satisfacciones. Por ejemplo, la confirmación de que Chevantón está en racha, no hay duda. Ayer marcó por partida doble y suma diez tantos en la pretemporada. Y más confirmaciones, Romaric. Dado que el equipo de Jiménez se hizo dueño absoluto del balón ante el Cádiz, arropado atrás pero sin recursos cuando cruzaba el centro del campo, la lógica condujo a una omnipresencia del marfileño en el juego. Exquisito técnicamente, la juega en corto, en largo y ayer incluso se permitió el lujo de estar acertado en la conducción. Cada día que pasa su calidad refrenda un fichaje que llegó cargado de dudas, con diez kilos de más exactamente. De sus botas salió la primera ocasión hispalense, pero Koné fallo un claro gol apenas a los cuatro minutos. De ahí en adelante, aproximaciones hasta que el mismo Koné se redimió con su fallo en una fabulosa asistencia a Chevantón de tacón en el área. Golazo en toda regla que provocó exclamaciones en el Carranza.

Otra virtud refrendada anoche, a pesar de la diferencia de calidad, la defensa. El Sevilla sigue rocoso y firme, da igual cuál sea el rival. Apenas concedió ocasiones al Cádiz y, más allá de eso, ofrece confianza en la retaguardia. Por todo ello la primera parte se agotó con la convicción de que el Carranza se iría a Sevilla salvo catástrofe, que no se produjo.

Antes de que la final y el partido se extinguieran en la segunda mitad con el carrusel de cambios, la intermitencia del partido y el cansancio, dio tiempo a que Maresca ofreciera detalles de su calidad (uno acabó con el segundo gol de Chevantón) y que el Sevilla recuperará su fisonomía táctica con la salida de Adriano por Renato, que ayer actuó de interior izquierdo ante la ausencia de Adriano de inicio y de Diego Capel, sancionado.

Jiménez, aprovechando la calridad del resultado, aprovechó el partido para realizar alguna que otra probatura, como la de colocar a Armenteros de mediapunta o a Konko por delante del lateral, ayer Mosquera. El francés sustituyó a Navas justo después de que este asistiera a Adriano en el tercer gol mientras el público pensaba ya en las Barbacoas que se encendían en la cercana playa gaditana. El Carranza, el quinto de la historia para el Sevilla, se marcha a las vitrinas de Nervión.

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