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El Sevilla no gana pero recorta distancias al Valencia con el Mallorca acercándose

El equipo de Manolo Jiménez se queda sin premio a su gran esfuerzo ante un correoso Athletic. La falta de acierto en los metros finales fue un hándicap insuperable (0-0).

el 28 feb 2010 / 18:47 h.

Adriano lucha con Llorente por un balón.

El Sevilla dejó escapar dos puntos ante el Athletic pero queda a tres del Valencia tras la derrota de éste en el Vicente Calderón. Eso sí, se le acerca el Mallorca, otro de los aspirantes a los puestos de Liga de Campeones.

Resulta extraño ver al equipo de Manolo Jiménez despedir un partido sin marcar. De hecho, es la quinta vez que le ocurre en esta Liga, empate que frena su marcha tras haber ganado consecutivamente a Osasuna y Mallorca. Ayer, firmó una buena primera parte y dio la cara hasta el final incluso jugando con diez tras la expulsión de Romaric en el minuto 52. No salió con tanto respeto como ante el CSKA. Sin embargo, la falta de acierto fue un hándicap insuperable, algo que pudo aprovechar el Athletic.

El Sevilla tuvo que hacer frente al rival, que llegaba dispuesto a dar el salto a los puestos de Liga Europa, y a sus sensibles ausencias en ataque (Luis Fabiano y Negredo). Por ello, Jiménez dio la titularidad a Lautaro Acosta, cuya falta de competición, pese a las ganas que mostró, quedó patente. El argentino acompañó a Kanouté en ataque, falló un gol clarísimo al dejárselo arrebatar cuando iba a disparar en un mano a mano con Iraizoz y se diluyó poco a poco. Su ocasión, no obstante, fue una de las cinco claras que tuvo el Sevilla, cuyo esfuerzo -con las bajas añadidas de Zokora, Squillaci y Duscher- tras jugar en Moscú el pasado miércoles debe ser valorado.

UN RITMO VERTIGINOSO. El intenso ritmo que tuvo el partido desde que el balón comenzó a rodar terminó siendo un suplicio para los dos contendientes. En poco más de media hora, Sevilla (Acosta, Perotti, Renato y Stankevicius) y Athletic (De Marcos y Javi Martínez) pudieron desnivelar la balanza, pero dejaron escapar el gol por muy poco. Los nervionenses salieron a por todas, sin tanto respeto como ante el CSKA, y a fe que esta actitud pudo darle frutos en los primeros compases. No fue así, aunque faltó muy poco.

El Athletic, mientras, pudo hacer mucho daño a la contra. Javi Martínez remató alto poco antes del descanso y, tras la reanudación, Palop evitó que Iturraspe marcara el 0-1 en una buena jugada con pase atrás del joven De Marcos, uno de los mayores incordios para los nervionenses en la tarde de ayer; incluso más que Llorente, siempre vigilado por el tándem que formaron Fazio y Drago en el eje de la defensa. No lo tuvieron fácil los dos centrales, con frecuencia encarados por sus adversarios en situaciones de uno contra uno, vistos los riesgos que asumió el equipo. Pese a ello, ambos salieron airosos.

LA EXPULSIÓN DE ROMARIC. La historia pudo cambiar en el minuto 52. Romaric vio tarjeta roja directa tras agarrar por detrás a Iturraspe, después de perder un balón a pocos metros de la frontal del área cuando intentaba revolverse. No estuvo fino el costamarfileño, que, sin brillar, al menos no se quitó del cartel. Pero tampoco estuvo acertado en esa acción Palop, que pudo ahorrarse la idea de darle la pelota viendo que tenía cerca al jugador del Athletic. Gabilondo, en el saque de esa falta, y Gurpegi, en su rechace, pudieron sacar tajada de la acción, aunque, por suerte para los nervionenses, su guardameta apareció para bien.

Un cabezazo desviado de Kanouté y otro de Jesús Navas fue el bagaje ofensivo del Sevilla a partir de la expulsión. Lejos de achantarse, siguió martilleando el área del Athletic, pero siempre murió en la orilla. El franco-malí nunca llegó a marcar diferencias ni a conectar como otros días con un ayer más tapado de lo normal Jesús Navas, Perotti y Diego Capel, bien éste en su salida al campo sustituyendo al argentino.

Ahora, toca visitar al Real Madrid en el fortín de la Liga, donde Jiménez recuperará efectivos. Si el Sevilla sale en el Bernabéu con esta actitud, agresividad y descaro de ayer, todo es posible.

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