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El Sevilla no olvida a los suyos

El club recuerda a las víctimas que fallecieron en el tren que los traía de Madrid tras el primer ascenso del Sevilla en 1934.

el 18 feb 2014 / 23:21 h.

El presidente del Sevilla, José Castro con algunos descendientes de los supervivientes del accidente del Especial 766.  (Sevilla FC). El presidente del Sevilla, José Castro con algunos descendientes de los supervivientes del accidente del Especial 766. (Sevilla FC). El Sevilla Fútbol Club no olvida a quienes han forjado su historia. La historia del club es la de miles de sevillistas anónimos que día a día y durante más de cien años han logrado que la institución sea lo que es hoy día. Sin ellos, lejos de las cámaras y la primera línea mediática pero sí con un abono en el bolsillo y una ilusión nueva cada temporada, la institución no habría llegado hasta el día de hoy. El Sevilla ha sido para una gran mayoría lo más importante de su vida y quienes dirigen la institución son conscientes de ello. Hubo algunos que, inesperadamente, tuvieron que dar la vida después de seguir al club de sus amores hace ahora ocho décadas. El homenaje ha llegado tarde, cierto, pero ha llegado. Los fallecidos en el accidente del tren Especial 766 ya tienen para siempre su recuerdo en las entrañas del estadio Ramón Sánchez-Pizjuán. Una placa colocada en la entrada del vestuario del equipo local recordará a todos aquellos que desde ahora salten al césped con el escudo sevillista en el pecho, que en 1934 once personas perdieron la vida después de presenciar en Madrid el primer ascenso a Primera división del Sevilla Fútbol Club. Es la historia de un grupo de aficionados. Es la historia del Sevilla Fútbol Club. La tragedia que ha propiciado el justo homenaje ocurrió el 20 de febrero de 1934. Cerca de mil personas se habían desplazado a Madrid para presenciar el partido que el Sevilla jugaría ante el Atlético de Madrid en el viejo estadio de Vallecas. Las comunicaciones de entonces no eran las de hoy y un viaje en ferrocarril de esa distancia se convertía en una auténtica aventura. Doce horas de viaje no eran obstáculo alguno para soñar con ser testigo del primer ascenso del entonces joven club sevillista. El técnico del equipo, el histórico Ramón Encinas, alineó de salida ante el Atlético a Eizaguirre, Deva, Euskalduna, Fede, Segura, Alcázar, Caro, Tache, Campanal, Torróntegui y Tejada. Los blancos ganaron 0-2 y el Sevilla debutaría la próxima campaña en la élite del fútbol español junto a once equipos más. El sevillismo estaba de enhorabuena pero la tragedia que ocurría dos días más tarde empañó para siempre aquel éxito deportivo. El tren que traía a Sevilla al millar de aficionados chocó con otro que circulaba en sentido contrario a la altura de la localidad de Villanueva de la Reina (Jaén) y once personas perdieron la vida. El sevillismo en particular y la ciudad en general quedaron conmocionados por la tragedia. Los fastos previstos para festejar la hazaña futbolística se suspendieron y este martes, ochenta años después del accidente, el Sevilla ha querido recordar a aquellos valientes que murieron tras un largo viaje. pero siempre con el Sevilla FC en su mente. El calendario de la actual temporada ha querido también sumarse al homenaje. El Sevilla jugará el próximo domingo, precisamente, en el estadio de Vallecas y los jugadores llevarán un brazalete negro en recuerdo de las víctimas del accidente. Los capitanes de la primera plantilla estuvieron ayer en el homenaje y escucharon de primera mano como el presidente del Sevilla, José Castro, les explicaba por qué se ha colocada la placa en la puerta del vestuario: «Está ahí para que conozcáis que hubo gente que perdió la vida por animar a nuestro equipo y por nuestro sentimiento. Es por aquí por donde entráis al vestuario y tenéis que dejaros la piel en su memoria cada partido». El presidente de la Federación Andaluza de Fútbol, Eduardo Herrera, también quiso estar presente en el acto. Muy sensible con la causa, alabó el buen gusto del Sevilla FC por estar recordando continuamente a todos aquellos que forjaron su historia. «Poco a poco la zona mixta se va convirtiendo en un museo. Síntoma de grandeza de club grande que no olvida ni un detalle. No hay otro club en España que haga estas cosas mejor que el Sevilla», precisó. En su breve pero emotivo discurso, no quiso tampoco olvidar a las familias de las víctimas de la tragedia del Especial 766. «Las familias sienten aire fresco al ver que se reconoce la grandeza de sus familiares, que en la época fueron a ver el ascenso de su club y perdieron la vida en el camino». Tampoco faltó a la cita del sencillo acto, pero grande en su fondo, el alcalde de la localidad que tuvo la mala fortuna de ser testigo directo del accidente, Villanueva de la Reina. Su regidor, Blas Alves, también tuvo palabras de recuerdo para las víctimas y, al igual que Herrera, agradeció el gesto del Sevilla. «Es un inmenso honor estar aquí y representar a nuestro pueblo que también está junto al Guadalquivir. Por pequeño que parezca este acto, creo que tiene una importancia especial. En el salón de plenos tenemos el periódico que dio esa noticia que recogió ese dolor humano. He podido hablar con los familiares y me han mostrado una imagen de mis antepasados que se volcaron en la tragedia. Vengo a decir que para nosotros estar aquí. Es importante que un club como el suyo sea capaz de poner en alza los valores humanos», agradeció Alves. El acto en el interior de Nervión terminó, los presentes se fueron y el estadio quedó vacío. Pero el 18 de febrero de 2014, ocho décadas después, los fallecidos y heridos del Especial 766 han logrado llegar ya al Ramón Sánchez-Pizjuán. Y se quedarán ahí para siempre. Como reza la placa, gloria eterna.

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