Ser una alternativa a Barcelona y Real Madrid en la lucha por el título de Liga es el gran sueño del Sevilla. No se sabe si logrará cumplirlo o al final se quedará en eso, en un sueño, pero lo que sí está claro es que hay que hilar muy fino para, cuando menos, estar ahí, a la espera de que alguno de los dos falle esta temporada. Ambos ganaron ayer sus partidos y, provisionalmente, sacan siete y seis puntos de ventaja al equipo de Manolo Jiménez, por lo que se hace imprescindible sacar adelante el de esta noche frente al Villarreal de Ernesto Valverde.
Tras dos jornadas sin conseguir una victoria, el triunfo del pasado fin de semana sobre el Xerez pareció poner fin al bache. Sin embargo, el posterior choque de Liga de Campeones contra el Stuttgart ha dejado cierto aire de inquietud. La acumulación de minutos en las piernas, los problemas físicos de algunos jugadores y las dificultades que crean los adversarios están ahí, pero es algo con lo que hay que saber convivir. Y ya lo ha dicho Manolo Jiménez: no hay excusa que valga, toca demostrar cuál es el fondo de armario de este Sevilla que presume de tener uno de los mejores de toda la competición.
Fazio, Drago, Duscher, Acosta, De Mul y Koné -se entrenó pero sin forzar- no están en condiciones, por lo que ese fondo de armario actualmente es corto en número de efectivos. Al menos, el técnico nervionense recupera para la cita a tres piezas clave como Palop, Kanouté y Adriano. Todo hace indicar que el portero volverá a la titularidad tras perderse varios partidos por lesión, pese a la gran respuesta de Javi Varas. Mientras, el franco-malí y el hispano-brasileño son dos opciones para refrescar el once.
Jiménez tiene mimbres para confeccionar un equipo de garantías. El problema reside en la frescura necesaria para imponerse a un adversario como el Villarreal, dubitativo en este inicio de campaña pero con potencial suficiente como para tumbar al más pintado. Por suerte para el Sevilla, en esta ocasión llega con ausencias destacadas. A saber: Marcos Senna, Llorente, Cazorla e Ibagaza por lesión, y el brasileño Nilmar, sancionado. Sin duda, futbolistas de un gran peso específico en el juego del equipo castellonense. Para suplir estas bajas, Ernesto Valverde, su técnico, ha convocado a los canteranos Marcos Gullón y Hernán Pérez.
Precisamente, Valverde será uno de los grandes nombres propios de la noche. El extremeno fue uno de los candidatos a ocupar el banquillo del Sevilla cuando Jiménez no las tenía todas consigo, la pasada primavera. Entonces, lejos de vender su candidatura, el Txingurri mostró un profundo respeto hacia el arahalense, finalmente respaldado por el club. Ahora, se enfrenta al que pudo ser su equipo con el propósito de dejar su sello ante la afición del Sánchez Pizjuán.
Tres victorias consecutivas (Málaga y Tenerife en Liga y Lazio en la Europa League) han dado aire al Villarreal, hasta el punto de que llega en clara línea ascendente y olvidando su inquietante inicio de temporada.
ESPERANDO A JESÚS NAVAS. Si Valverde es el gran nombre propio en las filas levantinas, en el Sevilla lo es Jesús Navas. Este podría ser el último partido que dispute el extremo de Los Palacios sin la vitola de internacional. Quedan pocas horas para que Vicente del Bosque, seleccionador español, dé a conocer su nueva lista de convocados, en la que el nombre del canterano aparecerá si se cumplen los pronósticos.
A buen seguro, la afición del Sevilla premiará el paso adelante que ha dado Navas, el particular Ferrari que adelantará a todos en el club de Nervión, haciendo uso de la famosa frase del madridista Fernando Hierro cuando se refería a un entonces imberbe Raúl González. Dos goles en Liga y otros dos en Champions en estos primeros compases de la temporada no hacen sino refrendar el excelente rendimiento que está dando, una vez más, el chaval de Los Palacios.