El Sevilla dio un paso importante hacia los octavos de final de la Copa del Rey tras ganar a un Espanyol plagado de suplentes que, sin embargo, dio mucha más guerra de lo esperado. Tanta que en el minuto 64 empataba un partido que Fazio había puesto de cara a los tres minutos de juego. Pese a ello, Cala -sustituyó en la segunda parte a Botía, lesionado- y Negredo, al transformar una pena máxima con el tiempo cumplido, cambiaron por completo el panorama en los diez últimos minutos del encuentro, especialmente vibrante en su recta final. Del disgusto se pasó a la alegría, aunque habrá que dar la cara también en el partido de vuelta, prevista para finales de mes.
Si en Zaragoza el Sevilla adoleció de pegada y pagó caros sus errores defensivos, ante el Espanyol tuvo que exprimir su arsenal ofensivo para decantar la balanza jugando como local. Curiosamente, fueron dos futbolistas poco habituales, especialmente en el caso de Cala, quienes firmaron los primeros goles; ambos, además, a balón parado. Luego, Negredo, fabricándose un penalti por agarrón dentro del área que él mismo transformaría, puso la guinda al encuentro y encarriló la eliminatoria.
Con todo, nadie puede engañarse: no fue el mejor partido del Sevilla, a pesar de lo que refleja el marcador. Hizo lo mejor que pudo hacer: lograr una buena renta para el choque de vuelta, aunque no por ello debe dormirse en los laureles. Frente a un Espanyol que sólo alineó a dos titulares respecto a su partido frente al Málaga, el Sevilla anduvo impreciso con la pelota y esto le obligó a correr tras ella más de lo habitual. Lo mejor de todo es que el equipo vuelve a ganar mientras crece y corregir errores.
Míchel quiso dar un respiro a futbolistas como Spahic o Maduro -ni siquiera se vistieron- pero no perder nivel competitivo. Diego López, Fazio, Luna y Reyes fueron las caras nuevas de un Sevilla que puso a la mayoría de sus titulares sobre el césped y salió a por todas. En el minuto 3 de juego ya tenía en el marcador de cara: Fazio cabeceó un córner botado por Rakitic y marcó el 1-0 para hacer olvidar ese error que pagó caro ante el Mallorca, en su último partido como titular. El argentino, además, fue uno de los destacados de la tarde noche: estuvo atento, no se complicó la vida y echó una mano a sus compañeros de zaga. Su rol en este Sevilla es dar respiro a Spahic o a Botía. Pese a ello, lleva dos goles en lo que va de temporada y merece un voto de confianza ahora que las lesiones no se ceban con él.
Y REYES VOLVIÓ AL EQUIPO. Pese a su buen hacer, Fazio no acaparó tantas miradas como José Antonio Reyes, el gran esperado. Míchel le dio una camiseta de titular. Era su día. El utrerano se había quedado fuera de las dos últimas convocatorias y se jugaba mucho. Por ello, actuando de media punta por el centro, la posición en la que más cómodo se siente, se esforzó a la hora defender y buscó a sus compañeros. Lo malo fue que pecó de precipitación con la pelota, sobre todo a la hora de dar el último pase, con frecuencia desde zonas en las que era difícil superar las líneas rivales. Ni que decir tiene que la afición y el propio club esperan mucho más de él, aunque la grada premió su trabajo con una ovación cuando Míchel le sustituyó (59').
Para entonces, Juan Cala ya estaba sobre el césped. Prácticamente inédito esta temporada, el canterano ocupó el puesto de Botía, renqueante desde antes del descanso. No lo tenía fácil el bueno de Cala. El partido se estaba oscureciendo debido a las intermitencias del Sevilla y los acercamientos del Espanyol. Cristian Alfonso marcó el 1-1 justo después de que Casilla impidiera a Rakitic, en buena posición, firmar el 2-0.
Con el empate, los murmullos aparecieron viendo que la eliminatoria se complicaba.Fue entonces cuando Cala sacó su rabia para marcar un gol providencial a la salida de un córner sacado por Campaña, también bastante activo, por cierto. Espoleado, el Sevilla se lanzó a tumba abierya. Negredo, que tuvo el 3-1 desde la frontal del área, se fabricó un penalti para transformarlo en el tiempo de prolongación. Todo un alivio.
Ficha técnica:
Sevilla FC: Diego López; Cicinho, Botía (Cala, m.51), Fazio, Fernando Navarro; Gary Medel, Rakitic (Babá, m.77); Jesús Navas, Reyes (Campaña, m.59), Reyes; y Negredo.
RCD Espanyol: Kiko Casilla; Galán, Colotto, Forlín, Capdevila; Víctor Sánchez, Raúl Baena; Christian Alfonso (Rui Fonte, m.76), Tejera (Longo, m.90), Simao (Mattioni, m.86); y Stuani.
Goles: 1-0, m.3: Fazio. 1-1, m.69: Christian Alfonso. 2-1, m.83: Cala. 3-1, m.93: Negredo, de penalti.
Árbitro: Miguel Ángel Pérez Lasa (Comité Vasco). Expulsó por doble amarilla a Galán (84' y 93'). Amonestó a Baena (39'), Cicinho (58'), Capdevila (81'), Forlín (88') y Víctor (90').
Incidencias: Partido de ida de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey disputado en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán ante unos 28.000 espectadores.
