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El Sevilla sigue viviendo a base de arreones

Tan capaz de meterse en una final como de ser barrido: así es el Sevilla actual. La derrota del Santiago Bernabéu es el último botón de muestra.

el 07 mar 2010 / 21:07 h.

Kanouté y Duscher saltan con Xabi Alonso.

La derrota del Santiago Bernabéu ha vuelto a poner de manifiesto que el Sevilla actual vive a base de arreones. Nadie puede discutir el mérito de haber alcanzado la final de Copa -séptima en más de cien años de historia- dejando en la cuneta a rivales como Barcelona, Deportivo o Getafe; ni su presencia en los octavos de final de la Liga de Campeones, donde en estos momentos anda más cerca de pasar a cuartos que de ser eliminado tras el 1-1 de Moscú. Pese a ello, la trayectoria en Liga no está siendo todo lo brillante que se podría deseable. El tercer puesto no queda lejos, pero la posibilidad de quedarse fuera de la próxima edición de la Champions, tampoco.

Tras los resultados de esta 25a jornada, el equipo de Manolo Jiménez, con 43 puntos, está a tres del Valencia -juega esta noche- y empatado con el Mallorca, que ganó ayer. Por detrás, el Deportivo, sexto y rival el próximo sábado en el Sánchez Pizjuán, se encuentra a sólo dos de distancia y el Athletic, a tres. Actualmente, el conjunto nervionense tiene siete puntos menos que en la temporada 2006/07 -era líder- y cuatro menos que en la 2008/09 -tercero-. Los números recuerdan que todo es posible, pero, al mismo tiempo, hay sensaciones que generan ciertas dudas.

LEJOS DE LOS DOS GRANDES. Sólo la victoria frente al Real Madrid en la primera vuelta (2-1) figura como nota positiva en los enfrentamientos ligueros contra los dos grandes candidatos al título. No hay que olvidar que, en Copa, el Sevilla consiguió lo que nadie en mucho tiempo: apear al Barcelona de una competición a doble partido. Por meritorio que es, y mucho, tampoco hay que pasar por alto que en la ida de esa eliminatoria Guardiola alineó un once plagado de no habituales y que en la vuelta el partido fue un monólogo azulgrana donde Palop evitó lo peor. Días más tarde, el Sevilla, en partido de Liga y esta vez alineando él un once plagado de no habituales, fue arrollado en el Camp Nou (4-0). La última prueba de que los dos verdaderos grandes le quedan lejos se ha visto en el Bernabéu. Hoy por hoy, la brecha respecto a estos dos rivales, en juego y resultados, es, sencillamente, enorme.

MÁS DÉBIL A DOMICILIO. Si hasta antes del parón navideño el Sevilla brillaba por su buen rendimiento lejos de casa, tras el regreso de las vacaciones las tornas han cambiado: una victoria (Mallorca) y cuatro derrotas (Atlético, Barcelona, Zaragoza y Real Madrid). Eso sí, en Copa se impuso en el Camp Nou y en Riazor, cayendo luego en Getafe, otro partido en el que fue literalmente arrollado y donde sólo Palop y la falta de puntería local les salvaron de caer eliminado.

MÁS PRESIÓN EN CASA. Esa serie de derrotas como visitante han hecho que ganar en casa cobre mayor relevancia para el Sevilla. El sábado llega el Dépor, que podría adelantarle en la tabla si gana. De trece partidos como local sólo se han ganado siete. Catorce puntos han volado de Nervión.

JUGADORES Y TÉCNICO. Drago, con dos goles, es el máximo realizador del equipo en las tres últimas jornadas, donde la aportación de los delanteros ha brillado por su ausencia. Pero ellos no son los culpables de todo. En el Bernabéu, el balón quemó en las piernas de muchos futbolistas, incapaces de poner en jaque al Madrid más que con un par de jugadas aisladas -y atípicas- que reportaron un rendimiento máximo (dos goles). ¿Es lo que hay o quizá Jiménez podría sacar más fruto a este plantel?.

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