Cofradías

El sol brilló para un palio reluciente

Tras dos años de vacío, Las Cigarreras pudo salir en su 450 aniversario y estrenar los bordados restaurados del paso de la Virgen

el 28 mar 2013 / 22:32 h.

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La Virgen de la Victoria, al fondo. José Carlos Cruz (Atese) La Virgen de la Victoria, al fondo. José Carlos Cruz (Atese) Dos años en una cofradía con 450 de historia a sus espaldas son muy pocos pero se hacen insoportables cuando se trata de la ilusión de todos los hermanos que esperan con ansia el Jueves Santo para acompañar a las imágenes de su devoción. Y tras esos dos años sin poder salir por la lluvia, el misterio de la Sagrada Columna y Azotes de Nuestro Señor Jesucristo y María Santísima de la Victoria pudieron por fin abrir la jornada luciendo con todo el esplendor del sol brillando los bordados restaurados del palio de cajón de una de las Dolorosas más antiguas de la Semana Santa sevillana (talla anónima del siglo XVII) y el único paso que recrea la flagelación de Cristo. Todo ello en el 450 aniversario de una cofradía muy vinculada a la Monarquía (el Rey Alfonso XIII fue hermano mayor efectivo y presidió la cofradía en 1906 y 1930), que cuenta entre sus insignias y en los bordados del palio con los escudos del pendón de Castilla. Para conmemorar la efemérides, Las Cigarreras estrenó un guión fundacional. El hermano mayor, Claudio Espejo, lo dijo claro antes de abrir las puertas de la capilla de la antigua fábrica de tabacos:“Hay muchas ganas de salir pero que eso no desvirtúe el sentir de la estación de penitencia”. Pidió orden, y en ello se afanaron los diputados de tramo. En un cortejo no muy numeroso esta hermandad ha incorporado muchos niños en los últimos años. “¿Tú sabes que los nazarenos no pueden ir hablando todo el camino, serás capaz?”, le decía una madre a su hijo poco convencida de que cumpliera ese reto. Aunque nada tan difícil como el puesto de pavero, que si complicado es lidiar con los niños peor son los padres, deseosos de acribillar a fotos a sus retoños de monaguillos y de que repartan caramelos. Para caramelos (la última novedad son piruletas con forma de nazareno) y estampas los que recogió la pequeña Lucía, deseosa de hacerse fotos con cada nazareno y si éstos no le daban la mano para posar ella, se agarraba a su cintura sin pudor. A los sones de Azotes salió el misterio y de una chicotá se plantó en medio de la plaza de la antigua tabaquera, donde le cantaron como es tradicional una saeta. La Virgen se movió en el interior de la capilla con la banda tocando la Salve y salió a la calle con la marcha Corpus. Tanto a la salida como en la esquina para tomar Asunción se más público del habitual, tras dos jornadas aciagas. El misterio ha ganado estéticamente desde que cambió hace años los claveles rojos por lirios morados. La Virgen sigue fiel a los claveles blancos. Tras acumular un retraso que afectó a toda la jornada, a la vuelta apretó el paso ante la llovizna. No pasó por los Jardines del Cristina por su mal estado por la lluvia sino por la Avenida de Roma frente a San Telmo.

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