La planificación deportiva del Betis de Segunda División puede sufrir su primer revés en cuestión de horas. Alberto Rivera, al que el club había ofrecido la renovación, tiene ahora la posibilidad de continuar en Primera gracias al Sporting y en Gijón se espera su sí más pronto que tarde.
Después de cuatro temporadas en las que rara vez fue titular indiscutible, por mucho que Manuel Ruiz de Lopera se empeñase en recordar que Roman Abramovich le preguntó por aquel jugador "bajito" cuando el Chelsea visitó Heliópolis, Rivera vio cómo el descenso del Betis le abría una puerta insospechada, la de seguir con el escudo de las trece barras y contar con esos minutos que quizás le faltaron en Primera. Una de las primeras decisiones del club fue proponer al mediocampista manchego la renovación de su contrato, que expira el próximo día 30, y el futbolista la oyó con agrado. Hasta aquí, todo perfecto. Su agente incluso dijo hace unos días que la operación estaba casi hecha, pero resulta que el desenlace puede ser otro. El Sporting de Gijón, uno de los equipos que se salvaron a costa del Betis, necesita un hombre para su mediocampo y se ha fijado en Rivera, que además le sale gratis.
La realidad es que Rivera está ahora mismo más cerca de jugar en Gijón que de continuar en el Betis. Las negociaciones están muy avanzadas y el futbolista, que firmaría un contrato de una temporada con opción a otra, tiene la certeza de que no sería un elemento decorativo en el conjunto asturiano porque su fichaje es una recomendación directa del entrenador, Manuel Preciado, que ya fue su técnico en el Levante. La contratación de Rivera, además, casa a la perfección con las directrices de la secretaría técnica sportinguista a la hora de bucear en el mercado, ya que su prioridad son jugadores que acaben contrato.
Si Rivera no permanece en el Betis, la dirección deportiva se encontrará con un problema. No insalvable, por supuesto, pero sí es un contratiempo. Con Mehmet Aurelio lesionado (y a la espera de ver si sigue o es traspasado), a día de hoy los únicos mediocentros de la plantilla son Arzu, que está peleado con la afición, Juande y Cañas, a los que quizás se sume otro chaval del filial, Rodri, que como mínimo hará la pretemporada con el primer equipo. Si se les descuenta a Rivera, es evidente que Manuel Momparlet tendrá que buscar otro centrocampista (u otros) para afrontar la travesía por la división de plata. A no ser que Aurelio y Arzu se queden...
