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El 'submarino amarillo' ya es uno de los grandes de la Liga

Con apenas 50.000 habitantes, la ciudad de Villarreal acoge a uno de los mejores equipos de la Liga española. Un gran milagro obrado gracias al poderío económico y la iniciativa de Fernando Roig y su lugarteniente José Manuel Llaneza. Y claro, Manuel Pellegrini en el banquillo.

el 15 sep 2009 / 03:49 h.

Con apenas 50.000 habitantes, la ciudad de Villarreal acoge a uno de los mejores equipos de la Liga española. Un gran milagro obrado gracias al poderío económico y la iniciativa de Fernando Roig y su lugarteniente José Manuel Llaneza. Y claro, Manuel Pellegrini en el banquillo.

No siempre la tradición es la clave para que un equipo de fútbol coseche éxitos deportivos. Basta con tener un magnífico grupo de jugadores, unas buenas instalaciones dignas de un equipo profesional y capacidad para saber invertir el dinero. Por eso el Villarreal ha irrumpido con fuerza en el panorama futbolístico español desde hace apenas una década y de la mano de un empresario pujante como es Fernando Roig.

Del azulejo y la alimentación al fútbol para conformar un equipo con una plantilla de mucha calidad, con veteranos de la talla de Pires y mucho tino en los fichajes para hacerse con joyas como Godín, Gonzalo Rodríguez o Rossi. Tiene mucho que ver también en el espectacular crecimiento del equipo la llegada de un técnico como Manuel Pellegrini.

Exquisito en las formas, Pellegrini ha sabido sacar rendimiento a una buena plantilla para hacer lo difícil, un buen equipo, amparado también en las excelentes prestaciones de la propia entidad. Basta con citar la magnífica ciudad deportiva que tiene el Villarreal, donde poco a poco va cuajando una de las mejores canteras de España. Ahí están los nombres de Cazorla, Marquitos o Arzo para atestiguarlo.

Segundo en la clasificación, a diez puntos del Real Madrid, la pelea por el título le ha venido demasiado grande al cuadro de Castellón, aunque tiene prácticamente asegurada su presencia la próxima temporada en la Liga de Campeones. Fue en esta competición donde vivió uno de sus momentos de gloria. En la edición de 2006, pasó como líder en un grupo complicadísimo, eliminando a Benfica y Lille.

Luego cayeron el Rangers y el Inter de Milán, para perder en semifinales contra el Arsenal.

y sin riquelme. Fue en ese partido donde el argentino falló un penalti que pudo catapultar a su equipo a la finalísima. Esa jugada marcó el declive de Riquelme en el cuadro levantino. Tan genial en el campo como soberbio fuera, el mediapunta se peleó con el presidente y el pulso lo ganó el que manda.

Pellegrini supo capear con acierto la situación y el equipo salió reforzado para asentarse en la elite.

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