"Es mucho más de lo que esperaba que era ver inaugurada la residencia". Así, emocionado y abrumado por tantos elogios, se pronunciaba Joaquín Rosillo tras la inauguración del geriátrico que hoy lleva su nombre y en el que vive desde que abrió sus puertas hace unos meses.
La consejera de Bienestar Social, Micaela Navarro, acompañada del alcalde, Fernando Zamora (PSOE), fue la encargada de inaugurar el edificio, en cuya ejecución trabajaron, codo con codo, la empresa, el Ayuntamiento de San Juan de Aznalfarache y la Junta de Andalucía, además del tejido social del municipio, en cuyo empuje tuvo mucho que ver desde hace décadas el protagonista del día. "He peleado, pero no me merezco tantos elogios", afirmó este hombre, que ya tiene 97 años, mientras los vecinos hacían cola para felicitarle: "Me parece que he cumplido con mi obligación; es lo que debe hacer todo el mundo", destacó.
La consejera se dirigió a él destacando que su pudor es porque nunca hizo "nada para buscar el reconocimiento de nadie". En su discurso, afirmó que en esta residencia de ancianos se plasma cómo "la colaboración público privada contribuye al compromiso de la Junta de Andalucía de concertar las plazas". Tiene 145 plazas, de las que 100 están concertadas. La consejería va a invertir 1,3 millones de euros anuales para que se pueda llevar a cabo su "compromiso por la igualdad de oportunidades: que alguien con una pensión de 350 euros o de 600, si necesita una plaza en esta residencia de ancianos la va a tener, porque lo que falta lo pagamos todos los andaluces".
Sin embargo, destacó que el geriátrico "es el último recurso", porque, aunque calificó de "hotel de cinco estrellas" el edificio, admitió que para cada persona el mejor es su casa. "Mientras podamos mantenerle en su casa, con ayuda a domicilio o teleasistencia lo haremos, porque ése es el compromiso y nuestra obligación", concluyó.
El regidor, por su parte, señaló que el geriátrico "es un avance importante para ofrecer un servicio a las personas dependientes y también para sus familiares que no se tienen que desplazar". El alcalde agradeció "la labor de Joaquín, no sólo por la residencia sino por el trabajo que ha hecho siempre por el tejido asociativo de San Juan".
En la visita, las autoridades pudieron saludar a Pilar González, que tiene 96 años -"sólo Joaquín es mayor que yo"- y ejercitaba sus brazos en una polea. Y a José Camacho, de 91 años, que durante 15 atendió en Cáritas del municipio y que está feliz en el geriátrico: "Tengo un compañero de habitación que es muy buena gente". Y además puede pintar: "Y las sumas, restas y multiplicaciones que nos ponen salen estupendamente".
