Cultura

El suntuoso espectáculo musical de La Favorita

Una vistosa puesta en escena de la versión francesa de la ópera de Donizetti

el 12 dic 2009 / 10:05 h.

La Favorita. Lugar: Teatro de la Maestranza. Intérpretes: Sonia Ganassi, José Bros, Vladimir Stoyanov, Carlo Colombara, Jon Plazaola y Tatiana Davidova. Dirección musical: Roberto Rizzi Brignoli. Director de escena: Hugo de Ana. Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Coro de la A. A. del Teatro de la Maestranza. Calificación: ****

 

Cuando todo funciona adecuadamente surgen experiencias tan gratificantes como la vivida anoche en el estreno de La favorita de Donizetti. Puede que incluso la recuperación de su versión original francesa haya contribuido a crear esa sensación de espectáculo serio y suntuoso que todos sus responsables nos regalaron.
No me entusiasman las puestas en escena que transitan tras una pantalla que actúa como filtro y que sirven para proyectar sobre ellas imágenes que emborronan el cuadro general. Sin embargo he de reconocer que gracias a la magnífica iluminación, esos efectos quedaron paliados y ganamos con una estética que combina elementos renacentistas con otros de índole alegórico.
La dirección escénica de Hugo de Ana resulta elegante, sin artificios, muy teatral y muy trágica pero no esperpéntica. Redondean el espectáculo un vestuario magnífico y una concepción simbólica de la escena, que utiliza permanentemente una cruz levitando sobre los personajes, representando el poder de la Iglesia y su capacidad para regir el destino. La orquesta rindió al máximo bajo la dirección del enérgico y muy entregado Roberto Rizzi Brignoli. Fue el mejor tributo que pudieron rendirle a Vjekoslav Sutej, su primer director titular, recientemente desaparecido.
Muy adecuadas las voces, especialmente Sonia Galassi en el papel de Leonor, soprano pero con una tesitura grave que la acerca a la mezzosoprano que habitualmente encara el personaje. Ella mereció la mayor ovación de la noche. José Bros volvió a hacer gala de su buen oficio. Controla bien su voz de timbre más agudo que el de otros tenores que han afrontado el papel de Fernando, como Kraus o Pavarotti. Pero naufragó en los sobreagudos, convirtiéndolos en horrendos alaridos o temblorosos sostenidos. Así sucedió en Ange si pur, un aria que Donizetti extrajo de su entonces inconclusa ópera Il Duca d’Alba. Muy entonados y en estilo Vladimir Stoyanov y Carlo Colombara, mientras el coro volvió a hacer gala de su extraordinaria prestancia, especialmente en el alegre Dejà dans la chapelle.
Merece también nuestra atención la exquisita y muy bien bailada coreografía de Juan de Torres y Daniela Merlo, a cargo de la Compañía de Danza Larumbe. Todos los elementos de esta colosal producción funcionaron al servicio de una música ciertamente entre el bel canto y el romanticismo.
 

 

 

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