El Tribunal Supremo (TS) confirma en una reciente sentencia la condena de seis años de cárcel impuesta por la Audiencia de Sevilla a un vecino de Pilas por el intento de acabar con la vida del guarda de un coto con el que había tenido seis meses antes un incidente por caza furtiva. El fallo rechaza que actuase en legítima defensa y sin intención homicida.
La agresión ocurrió el 1 de julio de 2002 sobre las 21.30 horas, momento en que el acusado L.R.F. se encontró en un paraje de Pilas con la víctima A.S.G., de 56 años, con el que seis meses antes había mantenido una pelea por la supuesta caza furtiva del procesado, y ambos se golpearon con palos.
El acusado utilizó una chivata -garrote de unos 110 centímetro con una gruesa prominencia en su extremo- y con ella golpeó a la víctima en la cabeza "con intención de causarle la muerte o aceptando la posibilidad de hacerlo", según los jueces de la Audiencia de Sevilla. L.R.F. recurrió entonces al TS para que considerase demostrado que él mismo "estaba siendo víctima de una agresión que le causaba graves lesiones" y que tendrían una peligrosa evolución "si no les ponía fin con la adecuada defensa por su parte". Para ello, alegó que no se le pudo tomar declaración por su estado de salud, además de un informe de su propio médico y una fotografía con un collarín puesto.
El TS considera que la intención de matar fue claramente establecida por la sentencia de la Sección Cuarta de la Audiencia de Sevilla, que recogió que el arma utilizada era "de notables dimensiones y contundencia", además de que el acusado golpeó "con todas sus fuerzas" a su contrincante. De igual modo, el auto recoge que ni la Guardia Civil ni el médico del centro de salud de Pilas que atendió al acusado le oyeron alertar respecto a la persona que había quedado tendida en el campo y que precisara ayuda.
