El susto de los leones

Gran despliegue de seguridad al alertarse en falso de la fuga de dos animales. Los responsables de La Reserva natural ubicada en El Castillo de las Guardas creen que se pudieron confundir con mastines de color rubio.

el 08 nov 2010 / 21:00 h.

Dos de los leones que pueden verse en La Reserva de El Castillo de las Guardas.

El susto fue de los buenos pero quedó en eso, en un susto. Lo cierto es que el sábado no se hablaba de otra cosa en El Castillo de las Guardas: se han escapado dos leones de La Reserva. La alarma, claro, fue mayúscula, y allí se congregó un importante dispositivo de la Guardia Civil, mientras que en el parque no hacían más que contar una y otra vez sus leones y juraban y perjuraban que no, que no les faltaba ninguno. Al final la versión oficial apunta a que lo que había correteando por allí era un par de mastines de color rubio de una finca cercana, perros de buen porte que pudieron crear la confusión.

Todo empezó de mañana, cuando el parque llevaba media hora abierto. "El alcalde, que está de viaje en el extranjero, me llamó para decirme que le habían dicho que se habían escapado dos leones, que qué pasaba", recordaba ayer Antonio Ibáñez, responsable del recinto. Tras el susto inicial, fueron y contaron a las fieras y nada, allí estaban los 12 tan panchos tomando el sol. "Cada tarde antes de cerrar recontamos los animales más peligrosos y también por la mañana antes de abrir, y además el parque tiene guardas nocturnos, pero por si acaso lo volvimos a comprobar", lo que permitió tranquilizar al alcalde.

Pero aquello ya no había quien lo parase. Empezaron a caer en cascada llamadas del 112, de la Guardia Civil... En La Reserva se plantaron numerosos patrulleros de la Benemérita y los guardas se prepararon con fusiles con dardos adormecedores, mientras había llamadas que aseguraban que unos motoristas se habían tenido que subir a un árbol huyendo de los leones. Y todo ello mientras el parque tenía un buen día con más de 1.000 visitantes, algunos de los cuales no paraban de preguntar que por qué había tantos guardias civiles por allí.

"Al final pensamos que a ver si los leones iban a ser de otro sitio, porque nuestros seguro que no eran", comenta Ibáñez, pero claro, no es que la población de grandes felinos en las fincas de los alrededores sea abundante. "Los nuestros son leones nacidos en cautividad y lo único que tienen de fiero es el nombre, están acostumbrados a comer su pollo y como les sueltes una cabra se asustan", explica el propietario del recinto, que resume el día a día de estos animales en "tomar el sol, jugar y dormir".

Los leones no aparecieron por ningún lado, y todo apunta a que en realidad se trataba de dos grandes mastines de color rubio, una confusión similar a la que se vivió hace un año en La Sénia (Tarragona), donde se alertó de la presencia de una leona que resultó ser un perrazo enorme. El personal del parque se pasó el día asomándose a la pradera de los leones, protegido con una valla de 4,5 metros de altura. Y los animales allí, dormitando al sol tan a gusto.

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