El Gobierno aprobó ayer una subida del impuesto especial que grava el tabaco con la que prevé ingresar 780 millones de euros, cantidad que servirá para compensar la menor recaudación derivada de la rebaja de impuestos a las pymes. Tras esta subida fiscal, el precio medio de las cajetillas de tabaco más consumidas quedará en torno a los 3,60 euros, según señaló la vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado.
El conjunto de medidas de carácter fiscal, laboral y liberalizadoras de la actividad económica acordadas en el Consejo de Ministros están recogidas en un decreto ley que será publicado hoy en el BOE y que entrará en vigor de forma inmediata.
Salgado explicó que sólo con la rebaja del Impuesto de Sociedades a las pymes la recaudación del Estado caerá en 230 millones, a los que se sumarán los que se dejen de ingresar por la mejora del tratamiento fiscal de las inversiones empresariales y las operaciones societarias. Reconoció que la subida del tabaco ayudará a reequilibrar las finanzas, pero aseguró la subida del tabaco ayudará a reequilibrar las finanzaque su finalidad principal no es ésa, sino la de proteger la salud de los ciudadanos.
La subida oscila entre el 24% del tipo impositivo de los cigarrillos -que aumenta de 10,2 a 12,7 euros por mil cigarrillos- y el 50% del impuesto mínimo para la picadura de liar -que se eleva de 50 a 75 euros por kilo-.
La medida fue mal recibida entre la industria tabaquera y la Unión de Estanqueros, que alertaron de que un mayor precio del tabaco podría traer consigo un incremento del contrabando y las falsificaciones y pronosticaron una caída del 20% de las ventas. "El alza impositiva es de tal magnitud que, en un mercado de cigarrillos con una caída actual del 11,6%, podría producirse el efecto contrario al deseado en cuanto a los objetivos de recaudación del Estado por los impuestos sobre el tabaco", advirtió la Asociación Empresarial del Tabaco.
Tras lo aprobado, Salgado aseguró que no hay previstas nuevas medidas fiscales ni tampoco más ajustes por la vía del gasto.
Por su parte, el vicepresidente primero del Ejecutivo, Alfredo Pérez Rubalcaba, dijo que todas las medidas aprobadas estaban pensadas desde hacía tiempo, aunque se mostró escéptico con la posibilidad de que la oposición deje de decir que son fruto de la improvisación.
En el PP la reacción fue dispar, ya que su presiente, Mariano Rajoy, celebró el apoyo a las pymes pero lo consideró insuficiente, mientras que el portavoz económico, Cristóbal Montoro, calificó las medidas aprobadas de "inconexas, aisladas e incoherentes".
Por contra, Rubalcaba y Salgado las defendieron como necesarias para favorecer el crecimiento económico y generar empleo, ya que, además de aliviar la presión fiscal, se eliminarán cargas administrativas para las empresas y se reducirán los trámites y los costes para la constitución de sociedades.
El Gobierno también dio luz verde a la privatización parcial de la gestión aeroportuaria y del operador de Loterías del Estado.
