Una prueba cuya "relevancia es patente". Así califica el tribunal la declaración del taxista que asegura que llevó a Javier Delgado la noche del crimen hasta León XIII, al que finalmente le tomará declaración el lunes a las 10 horas. La mujer del testigo también ha sido citada, pero los magistrados no han aceptado la testifical del amigo de Javier ni la del dueño de un restaurante al que acudió el taxista tras dejar al hermano de Miguel Carcaño. Las defensas tienen diez días para presentar alguna prueba que rebata este testimonio.
"En los 85 años de experiencia profesional que suman los integrantes de esta tribuna en la jurisdicción penal, es la primera vez que se una situación así se les plantea", reconocen los magistrados en el auto dictado y notificado ayer a las partes para poder citar al testigo el mismo lunes. "La situación planteada es de una enorme excepcionalidad", añaden, pero reconocen que "merece un esfuerzo de una respuesta flexible y generosa con la práctica de una prueba que se presenta como relevante". No obstante, recuerda que la misma debe "compatibilizarse con las garantías del proceso y con la evitación de retrasos, no digamos ya de su frustración".
Los magistrados también explican que la práctica de estas pruebas "no tienen encaje legal expreso" en la Ley de Enjuiciamiento Criminal, pero se basan en jurisprudencia del Tribunal Supremo, según la cual se puede admitir la misma siempre y cuando "se respete el equilibrio de las partes propio del sistema acusatorio para preservar la imparcialidad del juzgador". Por ello, el tribunal no propone la prueba de oficio, sino de parte (fue propuesta por la Fiscalía), porque "su relevancia es patente, pues con ellas se pretende acreditar la presencia de uno de los acusados en el domicilio de León XIII". No obstante, y con el fin de garantizar el principio de contradicción de las partes, los magistrados de la Sección Séptima dan a las defensas "tendrán de plazo hasta las 10 horas del 28 de noviembre", día en el que está previsto que finalice la fase de pruebas en el juicio, para proponer "nueva prueba para combatir" lo declarado por los dos testigos.
El testigo propuesto por la Fiscalía acudió a declarar voluntariamente el pasado 10 de noviembre a la Policía. El taxista, F.J.A.B., explicó a los agentes que sobre las "0.15 o 0.30 horas" del 25 de enero trasladó a un hombre desde la calle Luis Montoto, muy cercana al bar que Javier tenía entonces con otros dos socios, hasta León XIII. El hombre que trasladó "tenía el pelo corto, algo canoso y con barba de varios días". Además, recuerda que tenía "una especie de mancha, verruga o lunar visible" en el lado izquierdo de la cara. Iba vestido de negro, con una cazadora "con dos bolsillos en el pecho".
El taxista asegura que recuerda que Javier llevaba "una bolsa blanca" y que en su interior llevaba "botellas de plástico" con "líquidos", ya que pudo oírlo al tomar una curva. Además, asegura que su mirada es "profunda" y su "ronca" y "peculiar". Según su declaración, reconoció a Javier nada más ser detenido y el bloque de Miguel, pero no contó nada a la Policía porque no creyó que fuera necesario.