Cultura

El Teatro Real cree en Messiaen

el 04 may 2011 / 16:17 h.

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El director Riccardo Muti.

El Teatro Real de Madrid se convertirá durante los primeros días de julio en capital mundial de la ópera con la representación de uno de los títulos fundamentales del género en el siglo XX, San Francisco de Asís de Olivier Messiaen. La obra, que podrá verse entre los días 6 y 13 julio, se compone de tres actos y ocho escenas cuya duración total roza las seis horas. Se trata de uno de los grandes retos que afronta el flamante director del coliseo, Gerard Mortier, en lo que supone la apuesta por un título poco conocido por el gran público pero que colocará a Madrid en el centro de la actualidad cultural europea. 

Para tan magno espectaculo se ha elegido un escenario diferente al Real, ubicándose las funciones en el Madrid Arena.  Esta ópera, que se presenta escenificada por primera vez en España, necesita de un gran recinto capaz de albergar más de 130 músicos, un coro de más de 120 cantantes, además de los solistas, y una gran producción ideada por los artistas plásticos Emilia e lIya Kabakov, quienes han concebido un espacio de grandes dimensiones, con una cúpula gigantesca que evoca el rosetón o las vidrieras de una iglesia medieval y, en particular, la de Santa Elena en Turquía. El lucernario que corona la cúpula representa la esperanza y la eternidad.

Con Saint François d'Assise, Olivier Messiaen creó una obra maestra del siglo XX
a la que definió como opéra en trois actes et huit tableaux (ópera en tres actos y
ocho escenas), y que supone la expresión de su verdad y fe espirituales. Él mismo se
describía como católico, ornitólogo y también compositor, por este orden. Y ello a
pesar de que su conocimiento universal de la música desde Bach hasta el gamelan
de Bali y desde sus fascinantes análisis de los conciertos para piano de Mozart hasta
Le Sacre du Printemps de Stravinski pasando por Pelléas et Mélisande de Debussy,
le convierten en el más eximio pedagogo musical del siglo XX. Por ello, y no sinrazón, Pierre Boulez y Karlheinz Stockhausen fueron discípulos suyos.

Los pájaros con sus maravillosos cantos, que nosotros, personas urbanas -como en Mahagonny- ya hemos olvidado, son para él, como para el ángel Gabriel,mensajeros de una armonía celeste que propicia la trascendencia, con una músicacomo la que el ángel toca con su viola para San Francisco.

Durante seis horas -la duración de la meditación juega un papel importante paraOlivier Messiaen-, el espectador puede seguir el proceso espiritual de San Francisco que, gracias a la virtud de la compasión, alcanza la luz eterna: rara es la ocasión en lahistoria de la música en la que el público se ha podido sentir tan conmovido yfascinado a la vez por un acorde final en Do mayor.

Pocos lugares tan ideales como Madrid para representar el Saint François d'Assise,
obra que va mucho más allá de la ópera, ya que representa un ritual de la liberación
humana a través de un amor omnisciente.

Cuando le preguntaron a Olivier Messiaen por qué había elegido un aparato musical
tan fastuoso -con una orquesta de ciento treinta músicos y un coro de ciento
veinte cantantes- para un personaje de la sencillez y pobreza de San Francisco,
el compositor repuso que sólo el conjunto de todos los músicos del mundo podía
expresar la inmensa riqueza de espíritu de San Francisco.

Las entradas se encuentran a la venta en el portal web www.generaltickets.com.

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