El temporal sigue causando estragos en Sevilla. Salidas por caídas de ramas, mobiliario y señales urbanas desprendidos de las aceras, banderolas arrastradas por la fuerza del viento, tendido eléctrico empujado por árboles tumbados por el vendaval, adornos navideños tirados por el suelo... La alerta naranja por viento y lluvia dejó en Sevilla ayer más de mil incidencias con sus correspondientes intervenciones de los servicios municipales. Nada extremadamente grave pero sí causante de un nuevo caos circulatorio que se vio acrecentado por la avería, provocada por un rayo a media tarde, de más de 40 semáforos en zonas de gran movimiento de tráfico como Nervión, Kansas City, la Pasarela, Pino Montano, la ronda del Tamarguillo o la avenida de Andalucía.
Durante la madrugada, los chubascos y el viento provocaron las primeras actuaciones: desde calles anegadas y la caída de árboles y ramas, vallas publicitarias, antenas de televisión, hasta un andamio en la calle Alemanes. Las persianas que colgaban de los balcones y la enorme cantidad de ramas daban los buenos días en la Alameda a los pocos viandantes que a primera hora de la mañana se atrevían a salir de casa. Las calles del Centro, a menos de 36 horas de la Nochebuena, estaban más tranquilas de lo habitual a pesar de que el día dio una tregua al temporal.
Antes, la Policía Local registró 290 incidencias de apoyo y de actuación directa en una veintena de vehículos atrapados en bolsas de agua en Valdezorras y en las inmediaciones de la Universidad Pablo de Olavide. Además, colaboró con el Cecop en el seguimiento del arroyo Miraflores y el Tamarguillo durante la noche. Por la tarde, a partir de las 19.00 horas y hasta las 23.00 -cuando volvieron a subir las probabilidades de lluvias fuertes- voluntarios de Protección Civil mantuvieron el retén para prevenir inundaciones en las viviendas de Aeropuerto Viejo. En este barrio, las inundaciones suelen ser habituales, según explicaron los vecinos, tanto por las crecidas del caudal del arroyo como por la salida de agua desde el alcantarillado, que se encuentra a un nivel más bajo.
El río Guadalquivir se encontraba ayer con un caudal de 1.074 metros cúbicos por segundo, mucho más alto del habitual pero muy lejano del nivel de alerta, estabilizado y con tendencia a descender, según explicaron desde la Agencia Andaluza del Agua.
Por su parte, los bomberos tuvieron que efectuar 58 salidas: dos por personas atrapadas en ascensores al quedarse sin fluido eléctrico y, la mayoría, para desaguar garajes, azoteas y patios anegados por las lluvias.
El Cecop, adscrito a la delegación de Convivencia y Seguridad, contabilizó 195 incidencias a través del teléfono de emergencias 112, tramitados a los distintos servicios operativos municipales tanto por anomalías en vía pública, por derrumbes o caídas o por incidencias de tráfico. En total, en los últimos tres días de temporal en la ciudad han participado unos 2.000 trabajadores en las labores de mantenimiento de las condiciones de seguridad en la capital. Pese a la intensidad de la lluvia y el viento, desde el centro de coordinación se destacó que han sido problemas relativamente menores los que han tenido que solucionar.
La caída de árboles y ramas y los charcos acumulados contribuyeron a que los carriles bici quedaran prácticamente inutilizables en Torneo, el Paseo de Colón y La Palmera. Las hojas de los árboles provocaron alguna que otra caída por resbalones en las aceras.
Pero el mal tiempo también tuvo su lado positivo: las lluvias de los últimos días han incrementado el nivel de reserva de agua de los embalses, lo que garantiza 26 meses de consumo en Sevilla y el área metropolitana.
