El Ayuntamiento aprobó ayer una nueva medida para aliviar la deuda de Tussam. Le cedió el solar del Prado ubicado frente a la estación, tasado en 40 millones de euros. En ese suelo estaba prevista la recuperación del diseño de Moneo que ahora queda pendiente de que haya empresas interesadas en acometerlo.
El solar era la principal baza con la que contaba el Ayuntamiento para reparar las cuentas de la empresa municipal de transportes, cuyo endeudamiento no ha cesado en los últimos años. La operación trazada por la Delegación de Hacienda incluía la venta del edificio municipal de Diego de Riaño y la recuperación del edificio de Moneo para dedicarlo a oficinas, una parte de las cuales serían municipales y se alquilarían, lo que abriría una nueva fuente de ingresos. Pero ambos procesos se han retrasado y se han encontrado con dificultades a lo largo de este año. La crisis económica ha dejado desierta la subasta por el inmueble público, que ahora depende de una negociación en la que de entrada se ha rebajado el precio un 10%. En cuanto al proyecto rescatado de la época de Soledad Becerril, han sido varias las dificultades. Entre ellas, el complejo acuerdo con el autor del diseño y los enrevesados trámites administrativos y económicos necesarios.
Ante esta situación, y dadas las necesidades económicas de Tussam -empresa sobre la que planea la elaboración de un plan de saneamiento-, el Ayuntamiento dio ayer un primer paso: la junta general de la empresa de transportes aprobó con el rechazo del PP, la cesión realizada por el Consistorio del solar del Prado. Según una tasación independiente, está valorado en 40 millones de euros.
Esta operación permitirá la realización de una ampliación de capital no monetaria. Tussam incrementa su patrimonio en 40 millones con la incorporación de este terreno, lo que le concede unos mayores recursos para poder solicitar créditos o para renegociar sus deudas, en un proceso similar al que ha llevado ya a cabo Lipasam.
A partir de ahora, será el consejo de administración de Tussam el que decida qué se hará con el solar. El plan inicial era recuperar el edificio de Moneo, aunque como inmueble de oficinas -no como espacio municipal como planteó Soledad Becerril-, hoteles y restaurantes. Debajo está previsto un intercambiador de transportes y un gran aparcamiento subterráneo de 1.000 plazas.
Pero la situación económica ha cambiado y el proyecto ha ofrecido al Ayuntamiento más dificultades de las previstas. El objetivo ahora es que Tussam busque empresas interesadas en asumir el proyecto previsto en la zona. Una de las opciones que se baraja es incluir en los pliegos como propuesta de trabajo el diseño inicial de Moneo, aunque éste no será vinculante. De hecho, si al tantear a las empresas éstas muestran reticencias a ejecutar el proyecto trazado en el último mandato de Soledad Becerril, éste será automáticamente descartado y se buscarán otras opciones dentro de las limitaciones del suelo.
El Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) no permite la construcción de viviendas y reserva este espacio para oficinas. Además se debe llevar a cabo el aparcamiento subterráneo y el intercambiador de transporte. Con esta base se buscarán las propuestas más rentables.
