El tesoro oculto del Guadalquivir

La Junta presenta el proyecto Guadalquivir, que contempla la creación de un sendero de 700 kilómetros para paseantes, caballos y bicicletas a lo largo del río.

el 14 oct 2009 / 20:47 h.

El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, preside la foto de familia tras firmar el proyecto Guadalquivir.
Nace frío y brioso en los picos de Cazorla y va a morir, lento, plácido, en las arenas de Sanlúcar de Barrameda. En su camino tiene tiempo para regar campos, mover molinos, pintar estampas plateadas (Córdoba, Sevilla), y dejarse mecer por los barcos. Le debe su nombre a los árabes y sus mejores años, a las Indias. Vía comercial y verde, rica en euros y en biodiversidad, es la columna vertebral de Andalucía y el elemento que más la cohesiona.

El Guadalquivir , andaluz hasta en su gestión desde 2008, es un tesoro sin explotar que la Junta quiere convertir en marca acreditada. Para ello, ayer se constituyó el proyecto que lleva su nombre , una amalgama de administraciones, sindicatos y empresarios que busca reforzar la identidad del espacio turístico de interior, poniendo en valor su patrimonio natural, paisajístico y cultural.

En el acto, celebrado en la sevillana Isla de La Cartuja, junto al río, y encabezado por el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, se anunciaron las primeras medidas de impulso: la habilitación de 700 kilómetros de sendero para recorrer a pie, a caballo o en bicicleta; la remodelación de 33 estaciones de tren; la construcción de 42 estaciones fluviales en tramos del río y en embalses, como zonas recreativas, en todo el Guadalquivir y en su afluente más importante, el Genil.

Estos nuevos equipamientos e infraestructuras -que harán del Guadalquivir una ruta atractiva que conquiste a paseantes como si de un Camino de Santiago natural se tratase- buscan "el máximo aprovechamiento del río" y, a la vez, se usan "como una apuesta más por el impulso económico y la generación de empleo", en tiempos de tenebrosos pronósticos financieros. La apuesta debe servir, recordó el presidente andaluz, para forjar una sólida cadena, inalterable, una inyección constante para la economía andaluza hecha a base de turismo, sostenibilidad, oferta de calidad, medio ambiente, cultura, energía limpia y deporte.

Un consorcio, con representación municipal, de seis diputaciones, sindicatos y empresarios, será quien cree la "Gran Ruta Interior de Andalucía", que determinará las inversiones prioritarias y quien perfile por dónde comienzan a ofertarse los ocho segmentos de turismo que se van a idear, en los que los municipios ribereños se especializarán (flamenco, caballos, artesanía, compras, naturaleza, gastronomía...) y donde crearán tres grandes núcleos de actuación: el alto, en la zona más salvaje; el de la vega, en el corazón rural del río; y el de la marisma, en la zona navegable. La idea es dinamizar temáticamente zonas deprimidas, anclar población a los pueblos, concienciar a su gente del valor del río ("porque ha llegado el tiempo de no vivir más de espaldas a él", dijo Griñán) y convertir el Guadalquivir en una seña territorial, al nivel del Loira o el Danubio.

No debe hacerse, insistió el presidente, a cualquier precio, sino usando el Guadalquivir "como el soporte territorial de redes de economía social que se articulen entre sí", un "nexo de oportunidades", una "palanca y un motor" de la nueva Andalucía que tenga como meta no sólo la generación de riqueza, sino "la sostenibilidad, el respeto, la dinamización que sirva al desarrollo desde la responsabilidad". Sólo así, insistió Griñán, se respetará la memoria de las sucesivas civilizaciones que usaron y disfrutaron el río.

Para dar este "gran salto adelante" del interior, la Junta apostó por rememorar el pasado glorioso del río grande, y a ello dedicó sus vídeos, la danza de las nadadoras, los versos del poeta, la música y hasta los fuegos artificiales que enmarcaron el acto, al que acudieron 500 personas.

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