No fue un día agradable para el beticismo. El derbi se saldó con una dolorosa derrota, el tifo esperado en el gol sur se fue al garete y Lopera tuvo que soportar las burlas de los béticos en presencia de José María del Nido.
Molesto con las dichosas cervicales, que ya le impidieron que estar presente en el palco del Estadio Olímpico ante el Vallaodlid, compareció Manuel Ruiz de Lopera en el derbi. Amable en todo momento con Del Nido y los consejeros sevillistas, los dos máximos dirigentes tuvieron incluso la oportunidad de dialogar de forma breve acerca del problema cervical del dueño del Betis. "José María, esto viene de antiguo, porque yo de pequeño no me podía montar en las calesitas", le dijo el máximo accionista del Betis al presidente del Sevilla.
Una muestra del buen ambiente que se vivió en el palco, donde todo fue cordialidad entre los dirigentes. Eso sí, Lopera aguantó de forma estoica la burla y el desprecio de algunos aficionados cercanos al palco que le dijeron cosas como "ahí tienes a Del Nido, aprende de él como presidente" o "ponle el busto ahora".
Lopera aguntó el tirón como pudo y se demostró que cuando llegan las derrotas, y más en el derbi, su descrédito se agiganta ante la afición. El que sí vivió una situación inaudita fue Del Nido, reforzado en el mismo lugar donde sólo un año antes fue agredido e insultado con inusitada fiereza. Y para arte, el del consejero Gregorio Conejo, quien al final del derbi le dijo "lo siento mucho" al vicepresidente Pepe Castro. El motivo, que el Sevilla no se metía en la Liga de Campeones tras el triunfo del Atlético. Olvidó el bueno de Conejo el doloroso 0-2.
Brilló por su ausencia un espectacular tifo que los aficionados del gol sur, ayudados económicamente por el propio club, tenían previsto ejecutar en la grada. Según algunas fuentes, todo se fue al garete el propio sábado, cuando el gerente de la entidad, José Antonio González Flores, se las tuvo tiesas con algunos hinchas de ese sector de la grada cuando ordenó la retirada del tifo.
Fuentes del club indicaron a este diario que la retirada del tifo se debió a motivos de seguridad y que en ningún momento hubo problemas graves entre el gerente y los aficionados. Hubo enfado porque el tifo no salió, pero sólo eso.
