La picaresca se agudiza con la crisis y esto lo saben de buena mano sectores que han visto mermar su imagen gracias a las tropelías de personas que tratan de sacarse dinero de forma delictiva. Es el caso de los vehículos de ocasión que se están viendo directamente afectados por la nueva trama de manipuladores de cuentakilómetros que revalorizan el automóvil estafando al comprador.
Los primeros contactos con las instituciones para que se controle ya se están dando desde Asocasión, la asociación que aglutina a los profesionales de los vehículos de ocasión. Su presidente, Manuel Berrocal, que también es director gerente de Grupo Berrocar, asegura que esta problemática es muy compleja porque "el 90% de los compradores de vehículos con el cuentakilómetros alterado no se dan cuenta de ello".
Desde el año 2000, según Berrocal, con la llegada de los cuentakilómetros digitales, se empezó a gestionar por parte de talleres ilegales un sistema de modificación del número de kilómetros recorridos por un automóvil. "Se trata de pseudoprofesionales, informáticos o mecánicos avanzados que disponen de esa aplicación y se ofrecen a falsificar la vida de un coche cobrando por ello entre 50 y 180 euros", lamenta Berrocal, que ve como su sector "está sufriendo una grave crisis de desconfianza". Además, recuerda, "son tres vías las que definen este delito: la estafa que supone la manipulación, el incremento del valor del coche y también las consecuencias que puede suponer para la seguridad vial".
Por ello, Asocasión lleva a cabo reuniones con directivos de la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia, donde se están estudiando las posibles soluciones. "Estamos trasladando nuestra reivindicación de regularizar el sector a la Junta, que se muestra bastante preocupada", indica.
Además, está en contacto con Facua, donde se están multiplicando las denuncias de afectados. Pero también Berrocal se reunió esta semana con Luis Ángel Gutiérrez, el director técnico de Veiasa, la empresa de la Junta de Andalucía que gestiona las ITV. A él se les transmitió lo que podría ser el filtro o "una manera de ir cercando estas estafa". Y es que el sector cree que el remedio es sencillo. Basta con que no solo aparezca el número de kilómetros en la ficha de la ITV -"que es fácilmente manipulable"-, sino que se registre también de manera electrónica en la DGT al igual que el resto de valores de un vehículo.
Para Berrocal, hay que lavar la imagen del sector y aconseja que, a la hora de comprar vehículos de segunda mano, se haga en empresas que faciliten el histórico de los vehículos donde se refleje la vida real y todas sus revisiones.
