España vuelve a ilusionarse con romper la historia y superar, con un estilo propio que se apoya en el toque por bandera, los fatídicos cuartos de final de una competición que será el legado de Luis Aragonés.
España acude a la Eurocopa aspirando a lo máximo con un equipo joven, una media de 25.9 años, incrementada por un jugador que no tendrá papel de protagonista como el portero Andrés Palop (34 años). Sobre el césped Juanito y Senna, con 31 años, serán los más veteranos, mientras que Cesc Fábregas, con 21, sigue siendo el más joven.
El rejuvenecimiento de España ha pasado por un debate que dividió el país. El desencuentro de Raúl González con Luis Aragonés en el último Mundial, no tuvo solución de última hora, y el capitán del Real Madrid, máximo goleador de la historia de la selección con 44 tantos, verá la Eurocopa por televisión.
La fase de clasificación, y especialmente el momento más delicado, en el duelo ante Dinamarca, sirvió a Luis Aragonés para dar con un sistema que se adecuaba a la perfección al estilo de sus jugadores de centro del campo.
El triunfo en Aarhus, clave para la clasificación final, formó un equipo que ya no ha tocado el seleccionador. Renunció a un delantero por un hombre más en el centro del campo y España desató un fútbol de toque, que le hace dueño del partido. Tiene un once tipo.
Aragonés luchará hasta el último segundo como seleccionador con los suyos, reforzados con jugadores citados por su buen final de temporada, como Sergio García o Santi Cazorla. Y apostará por un estilo que descarta el resto. España no tendrá un plan B. Acude a la cita sin extremos, tras prescindir a última hora de jugadores del perfil de Joaquín Sánchez o Albert Riera.
La selección española no tendrá un líder en el campo, como cuando Raúl o David Albelda asumían el peso, pero presentará jugadores que están ubicados en la elite del fútbol europeo. Buenos ejemplos son Iker Casillas en la portería o dos jugadores que tienen a Inglaterra rendida a sus pies, Cesc Fábregas y Fernando Torres.
La defensa será mirada con lupa. Con la portería bien cubierta, el centro del campo de fantasía y la pegada de delanteros como Villa, Torres o Güiza, la retaguardia será clave para el éxito. Jugadores de raza como Sergio Ramos o Puyol, se combinarán con centrales experimentados como Marchena o Juanito. El problema existente en el lateral izquierdo lo ha solucionado Capdevila. Es la zona del capo que más preocupaba a Luis Aragonés.
Lejos queda el título de 1964 y el segundo puesto logrado en Francia 1984. Desde entonces, nunca se superó la fase de grupos o unos cuartos de final convertidos en barrera psicológica a derrumbar. Ubicada en el grupo D con Grecia, actual campeona, Suecia y Rusia, la octava participación en la gran cita apunta alto. España tiene licencia para soñar.