Cultura

'El toreo fue para mí armonía, una voluntad de perfección'

En nombre de todos los toreros que fueron, que son y que serán, gracias. No por este nombramiento mío, sino por reconocer a la tauromaquia". Así culminó Curro Romero su discurso de ingreso en la Academia Santa Isabel de Hungría.

el 15 sep 2009 / 02:47 h.

En nombre de todos los toreros que fueron, que son y que serán, gracias. No por este nombramiento mío, sino por reconocer a la tauromaquia". Así culminó Curro Romero su discurso de ingreso en la Academia Santa Isabel de Hungría, con un texto reflejo de su personalidad, rehuyendo protagonismos y apoyado mejor en sus silencios que en los discursos grandilocuentes.

Llegó nervioso Curro Romero a la Casa de los Pinelo, abarrotada de amigos, académicos, compañeros de profesión, simples curiosos y legiones de periodistas. Nunca un nuevo ingreso en la Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría había concitado tanta concurrencia.

Los cronistas, incluso, aseguraban que es habitual que la sala principal donde se celebran estos actos se quede a medio aforo. Ayer se tuvo que habilitar un salón anexo. Pero es que nunca antes tampoco, en sus 400 años de historia, un torero había cruzado la puerta grande de una institución académica como ésta de Sevilla.

Andaba pues Romero ciertamente nervioso y cariacontecido. Y es que esta faceta nueva del gran matador, que desde su unión a Carmen Tello ha multiplicado sus apariciones públicas y ha convertido a esta leyenda viva del toreo en España en un personaje recurrente de las crónicas sociales, no acaba de encajarle al maestro, que entró a la sede de la academia sin querer hacer declaraciones, casi evitando ser mirado.

"Me van a permitir que les diga que estoy muy nervioso. Éstos no son mis avíos, así que perdonen mis fallos y echénme un capotillo", dijo ya finalmente Romero sentado en el estrado al comienzo de la lectura de su discurso de ingreso.

El texto, plagado de pasajes poéticos, rehuyó, no obstante, la grandilocuencia y se ajustó, en una brevísima intervención, a explicar qué es el toreo para un maestro como Curro Romero, "un artista que ya es historia y es leyenda en la ciudad de Sevilla", tal y como lo presentó la presidenta de la academia, Isabel de León.

l torero Curro Romero ha tomado hoy posesión como académico de la Real Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría y ha definido el toreo como "inspiración, arte y armonía" y como "una forma de crear belleza sin otro instrumento que el capote y la muleta".

En su discurso, el torero ha asegurado que "no somos matarifes, aunque nos llamemos matadores" y ha dicho que cuando está en la plaza se siente "como los artistas en el proceso creativo", cuando la "armonía me sale más del alma que del cuerpo".

"Cuando te entregas, te olvidas de tu cuerpo, es como si vivieras un sueño" y "eso es lo que siempre he querido: transmitir todo lo que te va inspirando, dejándome llevar por la inspiración".

Aunque ha empezado su discurso diciendo que "está claro que estos no son mis avíos", lo que ha provocado las risas del público, Curro Romero ha leído un discurso plagado de referencias literarias en el que ha defendido lo que la fiesta nacional ha representado en la historia de España y la inspiración que ha supuesto para grandes artistas y poetas como Goya, Picasso, Alberti o García Lorca.

Su toma de posesión ha tenido lugar en la Casa de los Pinelo de Sevilla, en un ambiente solemne con los académicos vestidos de frac y chaqué, con sus medallas y condecoraciones, las señoras ataviadas con bolsos en forma de capote y otras reminiscencias toreras y muchos hombres con sombreros de panamá.

Curro Romero fue propuesto por la duquesa de Alba, académica numeraria que ocupó un lugar preferente en el estrado, y en su discurso tuvo palabras de agradecimiento hacia ella y hacia la condesa de Barcelona, madre del rey, a la que agradeció haber apoyado tanto a los que empezaban como a los toreros consagrados y que siempre era capaz de encontrar "algo positivo en las tardes malas".

De acuerdo con un ceremonial que data del siglo XVIII, el acto comenzó cuando el secretario y el vicepresidente de la Academia, como padrinos del nuevo académico, salieron a buscarlo y regresaron con él a la sala, donde el público esperaba en pie.

El acto se ha desarrollado en un salón renacentista ante unas cien personas y otras 200 que lo presenciaron en circuito cerrado de televisión, presidido por el traje de luces de raso corinto bordado en oro que el torero lució en su último paseíllo en la Maestranza sevillana y que ha donado con motivo de su ingreso.

Los espectadores estuvieron distribuidos según su pertenencia a grupos tales como tauromaquia, ganaderos, flamenco, autoridades o mecenas, aunque destacaban los aristócratas y la modernidad estaba representada por los modistos Victorio y Lucchino.

A nivel político, el Ayuntamiento sevillano ha estado representado por Rosamar Prieto, delegada de Fiestas Mayores, y también se dejó ver al comienzo el presidente del PP andaluz, Javier Arenas, aunque se ausentó de inmediato para acudir a un acto de su partido.

Juan Miguel González Gómez, catedrático de Historia del Arte y vicepresidente de la Academia, ha glosado a Romero diciendo que "no tiene seguidores, tiene creyentes" y ha asegurado que es "un gran señor en el que confluye la nobleza del pueblo y la aristocracia del talento natural".

Entre el público, ha destacado la presencia de toreros como Espartaco, Julio Aparicio, Litri, Antoñete, Chicuelo, Julio Pérez "Vito", Cayetano Rivera o José Ortega Cano, así como Matilde Coral, el cantaor José de la Tomasa y el catedrático Manuel Olivencia.

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