El 21,4% de los trabajadores andaluces manipula o inhala agentes químicos nocivos o tóxicos, especialmente los hombres. Una exposición prolongada a muchos de ellos, o la combinación de varios, puede provocar problemas de fertilidad a hombres, a mujeres o a ambos. Sin embargo, la ley de prevención de riesgos laborales es muy proteccionista con el embarazo y la maternidad en general y aunque existe un listado europeo de sustancias químicas que se consideran perjudiciales para la procreación, la prevención se aplica sólo a ellas, cuando pueden provocar problemas de fertilidad masculina.
"La ley es neutra y en teoría protege por igual a hombres y mujeres, pero en temas de procreación, ellos no se dan por aludidos", explica la Rosa María Montero, directora del Centro de Prevención de Riesgos Laborales de Córdoba, que hasta hoy coordina el curso de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) La salud laboral desde la perspectiva de género.
Los factores ambientales son la principal causa de la infertilidad pero el trabajo también puede tener incidencia. "Son pocas las sustancias que directamente pueden afectar y están etiquetadas, principalmente fitosanitarios, fertilizantes y algunas usadas en la industria química, el problema es cuando hay una sinergia. A lo mejor la sustancia en sí sola no incide pero combinada con un producto que se usa en casa se desconocen los efectos en el organismo", señala. Es difícil, por ello, establecer una correlación directa. No obstante, Montero alerta de que pese a estar etiquetadas y existir normas sobre su manipulación, "la gente es muy poco cuidadosa con este tipo de productos, sobre todo en el campo".
El curso que dirige en la UNIA analiza los diferentes problemas de salud que presentan las trabajadoras y los trabajadores. Montero lo resume así: "El hombre se accidenta más, pero la mujer enferma".
Los accidentes más graves se concentran en sectores especialmente masculinizados como la construcción, pero las enfermedades laborales son más patrimonio de la mujer, que sufre la doble jornada laboral y suele ocupar puestos con tareas más repetitivas. "El estrés es el gran mal de la mujer trabajadora", reconoce Montero, al tiempo que subraya que las enfermedades laborales rara vez son diagnosticadas como tales. "El accidente ocurre en el trabajo y no hay duda, pero cuando vas al médico, te cura, no te pregunta en qué trabajas", dice. ¿Es sano alargar la edad de la jubilación? "Depende de la profesión, habrá que hacer un estudio", subraya.