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El tráfico y los ruidos sacan de quicio a los vecinos de Sevilla

Estudio de la Pablo de Olavide sobre la convivencia en la ciudad basado en los informes de la Policía Local durante 2009.

el 03 sep 2010 / 17:25 h.

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Un agente de la Policía Local regula el tráfico en Reyes Católicos.

Situaciones puntuales como una discusión entre conductores, ruidos a altas horas de la noche o malos olores por la basura acumulada son el origen de principal de la conflictividad vecinal de Sevilla, la cual generó más de 3.500 actuaciones de la Policía Local en 2009, según un estudio de la Universidad Pablo de Olavide -UPO-.

Así ha informado la UPO en un comunicado, según el estudio dirigido por el profesor de la Universidad Pablo de Olavide y director de la Escuela Sevillana de Mediación, Javier Alés Sioli , que ha tenido como objetivo analizar la realidad socioeconómica de sevillana, su conflictividad comunitaria y el derecho regulador de la mediación como técnica alternativa a la resolución de conflictos.

"En la cultura popular aún no ha terminado de calar el poder de la negociación o el hablar para solucionar los problemas. Se sigue reclamando ante la más mínima situación y esto genera que exista un amplio abanico de contextos en los que se genera conflicto y donde pordría incidir la mediación", señala Alés. Además de ellos, la botellona, los ensayos de la banda de música, actividades en la terraza, la falta de policía o la necesidad de más aparcamiento son algunos de los ejemplos que pueden ser objeto de intervención recogidos por el estudio.

Para obtener los datos, los investigadores han analizado, en un periodo comprendido entre enero y junio de este año, los distintos distritos existentes en la ciudad de Sevilla tales como Cerro Amate, Macarena, El Porvenir, Pino Montano o San Pablo. En ellos se han realizado reuniones con expertos, encuestas anónimas, se ha recopilado información de las asociaciones de vecinos y se ha entrevistado a líderes comunitarios, con maestros o con responsables de los servicios sociales, entre otros.

Por otra parte, en el estudio de Alés se ha procedido al análisis de la legislación española existente en materia de mediación familiar, se han evaluado los servicios sociales y se han analizado los recursos sociales para la población comprendida en cada área de estudio. Todo ello con el objetivo de identificar recursos, necesidades de capacitación y experiencias locales de conflictividad que pongan de manifiesto la necesidad de la mediación como vía alternativa o complementaria a la educación para la paz.

De los resultados obtenidos, Alés destaca la "enorme casuística surgida de la conflictividad vecinal", señalando como los principales problemas de civismo los malos olores de basuras acumuladas, la música a altas horas de la madrugada, problemas con ropa tendida en el vecindario, las discusiones entre clientes en los bares o entre conductores de vehículos. A esto añade, además, el periodo de adaptación a las nuevas normas de convivencia comunitaria de los inmigrantes.

La mitad de los entrevistados manifiesta no haber recibido ayuda para solucionar sus conflictos vecinales, ya sea porque no la ha buscado o porque considera que no la hay. En casos como el robo, la violación o los accidentes, los afectados buscan principalmente consejo, asesoramiento profesional, escucha, apoyo o atención profesional. Son muy pocos los que afirman haber recurrido a los aspectos espirituales o a Dios como solución, lo que "refleja el importante cambio social vivido en las últimas décadas, en el que la Iglesia católica ha ido perdiendo su papel como catalizadora de la solución de conflictos", apunta el estudio.

Además, a la pregunta de a quién hay que recurrir en caso de conflicto, un 66,1% apunta a las instancias públicas -Autoridades, Poder Judicial-, estando en segundo lugar las ONG o las organizaciones de Derechos Humanos, con un 15,7%. Pocos optarían por recurrir a la familia o a un psicólogo y, según el estudio, ninguno de los entrevistados se refiere a la figura del mediador.

En cuanto a las alternativas de solución de conflictos, los resultados reflejan una orientación a la necesidad de prevención mediante procesos organizativos locales, comunitarios y sociales, apoyo de ONG, intervención de instituciones gubernamentales vinculadas al conflicto, así como el establecimiento de leyes, normativas y medidas que contribuyan a que se reduzcan la venta de drogas, alcohol, la prostitución.

Aún así, el estudio señala que "existe mucha desesperanza en la solución de conflictos porque la mayoría los asocian, y se desprenden dentro de la percepción de los entrevistados, a cuestiones estructurales, ocasionados por el gobierno, la economía, las instituciones, la corrupción, la gobernabilidad, la situación social, la multiculturalidad o la falta de entendimiento entre generaciones, entre otros".

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