Una nueva vida para el tramo urbano por el que pasó en su momento el Tren de los Panaderos. El Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra va a acometer obras en el único trayecto de vía que aún se conserva en el casco urbano de una línea ferroviaria que dejó de prestar servicio en 1975. Se trata de un pequeño tramo que pasa sobre el Puente Romano, una zona que el Consistorio alcalareño va a remozar con una actuación que, de paso, supondrá la culminación de la remodelación de los exteriores de la biblioteca Editor José Manuel Lara.
La principal actuación será proteger el talud donde se ubican las vías con piedra de albero. Además, el proyecto incluye el ajardinamiento de la zona superior con las mismas plantas y estética del resto de la vía. Esta intervención no sólo viene a dar continuidad a la mejora de la zona, sino que evita escorrentías por la diferencia de cota entre el puente del ferrocarril y la calzada.
La plaza del Perejil y el antiguo puente del ferrocarril es una zona muy transitada no sólo en dirección a la nueva biblioteca, sino porque además es núcleo de unión de distintos caminos que se que conectan la barriada del Castillo y el centro de la ciudad con los barrios de la zona sur, sobre todo Campo de las Beatas y Pinares de Oromana.
Además el lugar supone un reflejo de la historia de la ciudad, no sólo por su antigua tradición panadera que dio nombre popular al tren que unía Alcalá de Guadaíra con Sevilla, sino por ser punto de peregrinación en la Madrugá de la Semana Santa. El conocido como prendimiento de Jesús se produce bajo el puente ferroviario, justo antes de pasar por el Puente Romano sobre el Guadaíra camino de la representación de la subida del Calvario en la colina de San Roque.
Los trabajos tienen un presupuesto de 111.408,10 euros y es una actuación que se ha incluido entre las actuaciones del Proteja. La obra, que no afecta al tráfico rodado, ya ha comenzado y tiene un plazo de ejecución que se calcula en cuatro meses.
El Tren de los Panaderos ha quedado como una de las referencias históricas de la ciudad, ya que era usado por los panaderos alcalareños, que transportaban en él su pan y hasta sus mulos de reparto para distribuirlo después por Sevilla. El trayecto ferroviario se inauguró el 10 de enero de 1873, aunque por problemas financieros no entró en servicio hasta 1879. El proyecto original contemplaba su prolongación hasta Montilla para allí conectar con la línea Córdoba-Antequera, aunque finalmente no pasó de Carmona. Los 42 kilómetros de línea permanecieron en funcionamiento hasta 1965 en Carmona, mientras que el último viaje hasta Alcalá de Guadaíra tuvo lugar en 1975.
