Jorge Molina, con el balón.
A Pepe Mel, está claro, sólo le preocupa el Salamanca y ganar allí donde su actual equipo se dejó el ascenso la pasada temporada. El madrileño reveló ayer que él mismo estuvo aquella tarde en el Helmántico "como un bético más", aunque también recordó que "el pasado ya no ayuda". Lo que sí podría ayudarle es la alineación del famoso aunque inédito tridente (Emana, Rubén Castro y Jorge Molina). Mel explicó que ese 4-3-3 no es una opción nueva, sino que la trabajó desde la pretemporada, pero admitió que ve difícil su materialización porque "Jorge Molina no está al cien por cien".A esa pega añadió otro pero el técnico. "Lo dice un delantero retirado y viejo: tener mucha gente arriba no te garantiza atacar más y con más cabeza. Con la llegada de los tres tenemos esa opción en cualquier momento, pero a lo mejor el equipo compensado no es ése", advirtió.
Mel acabó hablando del calendario. En su opinión, no se empina. "El símil es el de la maratón. Son 42 partidos, igual que 42 kilómetros. Cuando fuimos a Huelva y Elche o jugamos contra el Valladolid, los tres aspiraban al ascenso. Fijaos qué tres partidos consecutivos. Ahora también parece que viene lo difícil, pero después será igual de complicado", alegó el míster, que mira "de reojo" al Tenerife "porque tarde o temprano va a despertar".