-¿Está convencido de que la liberalización de horarios causará un perjuicio al comercio?
-La liberalización de horarios ya existe para todos los comercios menores de 300 metros cuadrados. Ahora ningún comercio menor andaluz que quiera abrir un domingo, un festivo o una madrugada tiene impedimento legal para hacerlo. Cuando el PP habla de liberalización de horarios habla de las grandes superficies. El consumo sería el mismo, porque el dinero que tenemos es el que es. Lo que se va a producir es una transferencia del beneficio del pequeño comercio a las grandes multinacionales.
-¿Por qué cree que lo ha planteado el Gobierno central?
-Eso sólo se lo puede contestar el Gobierno y el PP. Yo puedo interpretarlo: se gobierna en función de intereses, priorizando a unos sobre otros. A la hora de defender el interés general hay algunos que creen que ese interés general se defiende mejor apoyando a los grandes sobre los pequeños comercios.
-¿Cómo repercutirá ahora en el sector la subida del IVA a los servicios turísticos?
-En la Mesa del Turismo, donde está representado todo el sector, hemos consensuado una posición común contra esta medida . A nadie se le escapa que el sector turístico es el que está manteniendo a flote la economía andaluza en unas condiciones muy difíciles. En ese contexto, poner en marcha una subida del IVA que afecta directamente al visitante que viene a Andalucía es legislar contra los intereses del sector turístico y contra el principal motor económico de Andalucía. Todas las comunidades lo pagarán, pero Andalucía, que vive casi exclusivamente del turismo, será más perjudicada que las que tienen una estructura económica más diversificada.
-¿Tienen previsto aprobar una tasa turística para usuarios de establecimientos, como hace Cataluña, París, Roma...?
-No lo estamos estudiando en estos momentos, porque afectaría igual que la subida del IVA. Pero, bueno, esto no significa que en el futuro pueda verse, una vez que la economía se estabilice.
-La Ley del Turismo, aprobada en noviembre, modificó la Ley de Ordenación Urbanística. Antes exigía que el suelo turístico sólo incluyera zonas verdes y parking, pero ahora tendrá que destinar a alojamientos turísticos el 50% de su edificabilidad. ¿Qué efectos está teniendo?
-Así es, uno de los principales impactos de esa ley es que obliga a generar un plan de desarrollo de turismo sostenible que tiene efectos de ordenación territorial. Pero eso todavía no está elaborado, lo haremos para el primer trimestre de 2013. Lo principal de esa ley está aún por desarrollar: uno de los instrumentos importantes es ese plan que ayudará a hacer un destino turístico de calidad y competitivo, lo que depende de la sostenibilidad y la excelencia.
-IU confronta mucho la idea de turismo sostenible y urbanismo salvaje. Pero la ordenación del territorio depende del PSOE, ¿hay un diálogo fluido?
-Hay líneas de diálogo transversal en el Gobierno que funcionan razonablemente. El desarrollo territorial de Andalucía no puede pivotar sobre los mismos elementos que en los últimos años. La imagen del ladrillo y de la ocupación masiva del territorio ligada al desarrollo turístico de Andalucía no se va a repetir en el futuro. No seguiremos ese camino.
-¿Quién ha cerrado ese camino, el pinchazo de la burbuja inmobiliaria o hay un convencimiento real del Gobierno?
-(Risas) Esa pregunta es un poco metafísica.
-Bueno, ahí está el proyecto urbanístico de la playa virgen de Valdevaqueros...
-Ese proyecto es de 1995, aunque es verdad que el plan parcial se ha activado ahora. La urbanización de Valdevaqueros no responde al modelo de desarrollo territorial y turístico que el Gobierno quiere impulsar. Habrá que ver legalmente qué posibilidades hay de modificarlo. Pero más allá de las opciones que nos dé la ley para frenarlo, es evidente que ese modelo no va a ser la pauta común. ¿Esto es consecuencia del fin del boom inmobiliario o de la presencia de IU en el Gobierno? Cada uno que saque sus conclusiones. Quizá sea un poco de todo, pero el compromiso de IU es claro y el PSOE está en esa sintonía.
-Esta invasión del ladrillo ya ha ganado mucho terreno a la costa andaluza, ¿se plantean desarrollar políticas correctoras de carácter retroactivo?
-Eso se puede hacer, lo estamos viendo. Tengo de viceconsejero a Antonio Roldán, que fue alcalde de Conil y durante su mandato se desclasificaron tres millones de metros cuadrados. En su ayuntamiento ha habido un desarrollo urbanístico importante, pero no se ha hecho a costa del pueblo, sino de forma ordenada e integrada en el núcleo urbano. Ése es el camino. No queremos frenar la urbanización, pero esperamos que sea social y ecológicamente sostenible.
-¿Cómo? ¿Expropiando?
-No estoy seguro. Habrá que ver legalmente quién tiene las competencias. Un ayuntamiento que considere necesario revisar su desarrollo urbanístico ya aprobado lo puede hacer siempre que ese espacio no haya sido desarrollado. Los tres millones de superficie de Conil se desclasificaron antes de que empezasen a trabajar allí. Son terrenos no urbanizables programados o urbanizables que necesiten para su desarrollo un plan parcial que tiene que hacerse en determinados años y si no se hace en ese tiempo, se pueden desclasificar y devolverle el valor rústico, de no urbanizable común. La experiencia de Conil está ahí y ese es el camino. Esta crisis también es medioambiental y territorial, si los ayuntamientos y la Junta sacan conclusiones en esta dirección ganaremos todos.
-¿Conoce proyectos turísticos con licencia que se hayan quedado paralizados con la crisis?
-Hay licencias concedidas para más de un millón de metros cuadrados para construir grandes superficies comerciales que no se han ejecutado. Esas licencias caducan. Hace poco hemos aprobado la caducidad de un Alcampo y un AKI en Sevilla, porque no la desarrollaron en el tiempo comprometido. Por eso el tema de la liberalización de horarios es legislar de oídas, porque para abrir nuevas superficies comerciales no existe disponibilidad económica ni expectativas de rentabilidad.
-En la oposición, IU criticaba que el turismo es el sector con más peso en el PIB regional (12%) y sin embargo donde se encuentran los trabajadores peor pagados, sin contrato, baja cualificación y excesiva temporalidad. ¿Cómo enfocan esta paradoja desde el Gobierno?
-Eso es muy cierto. En los últimos años ha habido un incremento en el número de pernoctaciones, de visitantes y de la tasa de ocupación, y sin embargo un descenso del número de empleos directos que se han creado. Y a esto se añade que con la reforma laboral asistimos a una proliferación de contratos de baja calidad y a tiempo parcial que esconden dedicación completa. Uno de los objetivos de la legislatura es buscar el empleo de calidad en el sector turístico, y eso hay que hablarlo diariamente con los empresarios, haciéndoles ver que el trabajador es el primer embajador del producto turístico. Un trabajador cualificado, formado y razonablemente pagado es un magnífico embajador del sector turístico andaluz. Los empresarios deben asumirlo en sus cuentas de resultados, porque no es un gasto, sino un beneficio. Pero no imponiendo, sino con persuasión y diálogo.
-¿No es un problema grave que el pilar de la economía andaluza no genere empleo?
-Es un problema, somos conscientes, pero no es fácil. El turismo genera riqueza y genera empleo. Pero no genera empleo en proporción a la riqueza. Esto qué explicación tiene, pues que se abusa mucho de la economía sumergida, de la precariedad y de optimizar beneficios a cualquier precio (con menos trabajadores se atienden más servicios). Pero quiero trasladar que el producto turístico es uno, no es troceable. El producto es de calidad si el entorno es de calidad, las instalaciones, los servicios, empleados son suficientes y bien formados...
-¿Los empresarios del sector comparten su punto de vista?
-Creo que cada vez lo entienden más. Pero es complejo porque los empresarios se ven en un escenario en el que el visitante llega en unas condiciones económicas complicadas. El principal enemigo del sector turístico andaluz son los recortes porque repercuten en la renta del ciudadano. Los empresarios observan que puede venir el mismo número de visitantes o incluso más, pero el gasto medio disminuye o se mantiene estanco, y eso le plantea dificultades a la hora de asimilar este discurso que le estoy trasladando. Cada vez más el empresario es consciente de que la venta de su producto depende de los empleados, pero esto no es un huevo que se eche a freír. Tampoco tenemos competencias, el problema de la precariedad laboral depende mucho de la Inspección de Trabajo.
-¿Cuál es la participación del sector privado en la industria del turismo? Existe una fuerte dependencia de la financiación pública y ahora el presupuesto de su departamento es menor...
-Efectivamente, bastante menor. Esa es una línea de actuación que tenemos muy en cuenta: trasladar al empresariado que deben ser copartícipes no sólo en la planificación y el diseño final del producto sino también en la financiación de la promoción, de vender ese producto en el exterior. La Junta no puede seguir asumiendo íntegramente la promoción turística, necesita al empresario. El sector privado debe ser consciente de que la promoción no es algo que tenga que hacer y financiar solo el sector público.
-¿Las subvenciones que otorga Turismo a ciertas instituciones han estado mal orientadas?
-Bueno, ahora mismo pocas subvenciones vamos a poder entregar. Mirando para el futuro el problema es que con la actual disponibilidad económica es casi imposible seguir con las políticas de subvenciones que han existido hasta ahora. No hay dinero y habrá que articular iniciativas nuevas. Ha habido actuaciones importantes, por ejemplo, el proyecto Cualifica es una colaboración público-privada magnífica para modernizar un destino turístico maduro, como la Costa del Sol.
-¿El sector turístico le ha trasladado su preocupación por el fin de las subvenciones?
-Más preocupados estamos nosotros. Hay una situación económica delicada. Andalucía no puede crear impuestos nuevos ni fabricar billetes. Sólo gastamos y administramos lo que nos da el Estado, que cada vez es menos.
-¿Cree que en Sevilla ha peligrado el turismo porque la Unesco pusiera en duda su condición de Patrimonio de la Humanidad debido a la torre Pelli?
-Hombre, si la Unesco elimina la máxima categoría de Sevilla es una mala noticia y las malas noticias afectan al turismo. Es importante mantener el nivel porque fortalece a Sevilla como destino.
-¿A usted le gusta la torre?
-Lo que no me gusta es la ocupación masiva del territorio. La torre no me gusta porque significa que donde antes se podía construir X ahora se puede construir X por tres. Ahora, si me plantea que se van a construir 5.000 viviendas en horizontal que van a ocupar 20 hectáreas de terreno, y en lugar de esas 5.000 se construye una en vertical que ocupa una sola hectárea, entonces prefiero lo vertical. La torre no me gusta porque incrementa de manera absoluta la edificabilidad. No soy enemigo de la altura de la torre, soy enemigo de la ocupación masiva del territorio. Ahora, si altura significa sumar en altura, entonces soy enemigo absoluto.
-¿Qué le parece el proyecto de Eurovegas? Hay quien propuso Almería como ubicación...
-Es inaceptable no sólo el proyecto en sí, sino el espectáculo que se está dando. Es inaceptable que pongas a los pies de unos especuladores tu desarrollo urbanístico, tu legislación, tus derechos... En Andalucía no entrará un proyecto así. La solución a la situación económica de Andalucía nunca vendrá de salvadores de este tipo.
-¿Fitur tiene poca incidencia en la programación turística?
-Las ferias no hay que sacralizarlas ni demonizarlas. Se juntan multitud de touroperadores y es bueno que Andalucía esté, pero quizá no en las dimensiones en la que está en estos momentos. Habrá que actualizar recursos y discutir con el sector si hay que estar o no hay que estar. Fitur ha funcionado razonablemente, pero no tenemos ninguna atadura, si hay que cambiarlo se cambiará.
-Desde que se aprobó el decreto que regula los campos de golf, en 2008, sólo se han autorizado dos. Según el sector, este deporte deja 500 millones anuales, 4.000 puestos de trabajo y atrae a 400.000 turistas al año. ¿Se va a revisar la norma?
-Los datos de creación de empleo de los campos de golf son muy relativos. Depende de quién haga las cuentas. Hay un decreto que regula los campos: los que sean eminentemente turísticos, verán la luz, los que sean inmobiliarios, tendrán que buscar su aprobación vía planeamiento general. El decreto de campos de golf no es una vía para saltarse las limitaciones urbanísticas que establece el planeamiento general. A mí no me ha llegado aún ninguna presión ni petición para flexibilizar el decreto. Cuando llegamos resolvimos negativamente nueve que estaban en fase de alegación. Había dos que habían pasado el trámite de consejillos. Pedí informes jurídicos de los dos, y uno pasó y el otro no.
-¿Cree que la filtración del informe de la Cámara de Cuentas sobre el caso ERE ha viciado ya las conclusiones?
-Creo que la filtración ha influido muy negativamente en la Cámara de Cuentas y en el clima de complicidad y confianza que debe existir en un órgano de estas características. Al informe, la filtración no debería ponerle ni quitarle. Quien filtró ese informe sabe que está... no sé si la palabra exacta es viciando el resultado final, pero sí le afectará. La Cámara de Cuentas está dañada por la filtración y el informe también, y además se ha puesto en la picota al equipo que lo hizo. Si no se hubiera filtrado, ya estaría ya resuelto.
-¿Con las mismas conclusiones que ahora?
-No lo sé, con las mismas o con conclusiones matizadas. Es normal que todos los informes sean modificados en su tramitación, no sé cuántos cambios se habrían hecho, pero ya estaría resuelto seguro. Yo estuve nueve años dirigiendo informes y ninguno se filtró. Algunos tan importantes como el de Invercaria, que dirigí yo en una época electoral, y se publicó el día en que se convocaron las elecciones. Y salió el informe que tenía que salir y por unanimidad. No sé cuál es el interés de esta filtración, pero quien lo hizo desconoce el funcionamiento de la Cámara de Cuentas, porque en los últimos años prácticamente todos los informes se aprobaban por unanimidad. La convivencia de los miembros era muy pacífica y el resultado no habría cambiado demasiado...