En ese momento partió el féretro con el cuerpo de Juan Escámez, fallecido el pasado miércoles de un infarto. Y fue portado por los que fueron sus compañeros antes de embarcarse en su aventura en la Alcaldía, allá por 2003: los agentes de la Policía Nacional, que trabajaron con él cuando era jefe de seguridad de Manuel Chaves. Ellos sujetaron a su amigo, acompañados por agentes de la Policía Local, a la que dirigió durante unos años.
Todos seguían con la mirada el féretro sin percatarse de un camión estacionado entre el Ayuntamiento y la iglesia y que se fue llenando poco a poco de coronas de flores. Así hasta que no entró ni una más. Al igual que pasó en la iglesia, donde entraron una mil personas, mientras otras mil, se quedaron a las puertas, paraguas en mano, recordando a su manera a su alcalde."El Aljarafe está en deuda con él, sin duda", comentaba Juan Vicente Vargas a sus amigos Carmelo y José. Y los tres, lejos de enjugarse en lágrimas, recordaron con ternura su pasado y presente trabajador. "Le venía de su familia, que es muy humilde y se ha estado dedicando a la cría del cerdo", remarcó.
A la par, en el interior de la iglesia, el cura, Francisco Carretero, le concedía un título para nada nobiliario pero sí sentido. "Su título fue el de ser una buena persona", señaló, no sin antes exaltar "sus trabajos por amor al prójimo".
Esa frase la hicieron suya muchos de los asistentes, entre ellos una representación de la Junta que estuvo encabezada por la presidenta del Parlamento andaluz, Fuensanta Coves, el consejero de Presidencia, Antonio Ávila, la de Medio Ambiente, Cinta Castillo, y el de Innovación Ciencia y Empresa, Martín Soler. Este último resaltó de Escámez su valía y su interés por impulsar la energía renovable. "El mejor homenaje es continuar con su parque tecnológico y captar empresas para su próximo desarrollo", afirmó.
Tampoco reparó en elogios el secretario provincial del PSOE de Sevilla, José Antonio Viera, que priorizó la ejecución del Cercanías del Aljarafe, por el que Escámez luchó durante nueve años, incluso antes de que llegara a la Alcaldía. Viera fue uno más en una extensa comitiva de conocidos de la política. Así, además del subdelegado del Gobierno, Faustino Valdés; la delegada del Gobierno de la Junta; Carmen Tovar, y el presidente de la Diputación, Fernando Rodríguez Villalobos; asistieron delegados provinciales y alcaldes de toda la provincia: La Rinconada, Lebrija, Paradas, San Juan, Cazalla, Santiponce, Coria del Río, Huévar, Estepa, Écija, Los Palacios, Mairena del Aljarafe, El Viso del Alcor, Carmona, Castilleja de la Cuesta, Cañada Rosal, Umbrete, Aznalcóllar, Carrión, Villanueva del Río y Minas, Aznalcázar, Villanueva del Ariscal... todos ellos socialistas. Pero también fueron alcaldes del PP, como los de Tomares, Pilas, Espartinas y Bollullos de la Mitación; y dirigentes de IU, como su coordinador, Manuel Gutiérrez Arregui. Todos aparcando sus diferencias y llegando a ese entendimiento del que hizo gala Juan Escámez.
