Alejandro Pozuelo (20-9-1991) es uno de los integrantes de la exclusiva agenda de joyas del futuro que inspecciona el meticuloso ojeador del Manchester United en España, el granadino Carlos Ruiz. Ruiz, criado en la cantera del Granada, aceptó la propuesta de los red devils en 2009 y, desde entonces, devora cientos de kilómetros semanalmente para tratar de captar a las joyas del balompié patrio.
Ruiz conoció a Pozuelo de manera casual. En 2009 ya había informes del trianero en los despachos de los clubes punteros de España -Real Madrid, Barça, Valencia o Villarreal-, aunque ningún extranjero había clavado aún sus focos en el espigado y elegante delantero que ya había deslumbrado en Ifni al calor de Rafael Gordillo. Pero el destino había elegido una fecha para que el ojeador del United escribiera en su cuaderno de anotaciones la palabra mágica de cualquier cazatalentos que se precie: fichaje.
Era el 7 de noviembre de 2009 y el Real Betis de División de Honor, entonces dirigido por David Ortega -ahora en el Atlético-, recibía al Málaga. Aquel año, el cuadro heliopolitano se proclamó brillante campeón de Liga. Pozuelo firmó un auténtico partidazo, resolvió el choque con un gol prodigioso en el descuento (3-2) y anuló la soberbia actuación del malaguista Juanmi, bigoleador y ahora en la primera plantilla costasoleña.
Ruiz se enamoró de aquel delantero espigado y elegante que ya despuntaba a nivel nacional. Su campaña convenció al ojeador de los red devils, que confirmó sus presagios en la Copa de Campeones, celebrada en Benidorm y en la que el trianero fue uno de los MVP del torneo. Hoy, dos años después, el flirteo continúa.
