Eluana Englaro, la italiana en estado vegetativo desde 1992, fue trasladada a la clínica "La Quiete" de Udine, donde dentro de tres días un equipo de voluntarios le retirará la alimentación y la hidratación asistida que la mantiene con vida. Esta clínica podría eludir la circular del Ministerio de Sanidad del pasado 17 de diciembre en la que se prohibía a cualquier centro médico público o privado interrumpir la alimentación a pacientes en estado vegetativo. Esto ha producido un duro enfrentamiento en el país entre los sectores conservadores y la Iglesia católica y quienes piden que se respete la sentencia del Tribunal Supremo y la decisión de la familia que desea que la joven sea desconectada.
El cardenal y presidente del Consejo Pontificio para los agentes sanitarios, el mexicano Javier Lozano Barragan, pidió frenar "esa mano asesina" que suspenderá la alimentación artificial a Eluana Englaro. Así lo declaró sin ambages al diario italiano La Repubblica, después de saber que Eluana iba a ser trasladada al centro sanitario 'La Quiete' de Udine, donde los médicos dejarán de suministrarle la alimentación que la mantiene en vida.
La resolución. El Tribunal Supremo italiano autorizó a la familia de Eluana a desconectar la alimentación. A este respecto el cardenal, que ya se ha pronunciado sobre el caso en varias ocasiones, insistió en que "con todo el respeto por las sentencias, la posición de la Iglesia en defensa de la vida es siempre la misma y no cambiará en función de lo que digan los jueces". Esto sirve, "no sólo en relación a Eluana Englaro, sino en todos los casos en los que se trate de salvaguardar el bien inestimable de Dios que es la vida, desde el primer momento de la concepción hasta su conclusión natural".
