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El viaje como rutina

José Manuel Boza es un joven de Mairena del Alcor. Su vida, en varios pueblos el área metropolitana, gira en torno a sus estudios de técnico de aviones y su trabajo arreglando máquinas expendedoras, aunque siempre saca tiempo para sus amigos. (Foto: El Correo).

el 15 sep 2009 / 05:01 h.

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José Manuel Boza es un joven de Mairena del Alcor. Su vida, en varios pueblos el área metropolitana, gira en torno a sus estudios de técnico de aviones y su trabajo arreglando máquinas expendedoras, aunque siempre saca tiempo para sus amigos.

Un día en la vida de José Manuel puede resultar muy agotador y estresante. El despertador suena a las 7.00 horas y se prepara para salir en dirección hacia El Viso del Alcor, donde trabaja como técnico de máquinas expendedoras de películas. Una vez allí se dedica a poner al día todos los avisos que le hayan llegado, además de arreglar los aparatos averiados.

Cuando finaliza su trabajo regresa a su pueblo, donde, en escasos 45 minutos, come y, según comenta, "sale pitando" para La Rinconada ya que a las 15.00 horas tiene que estar en el centro de formación de esta ciudad donde estudia un curso de técnico de aviones.

Pero la ajetreada vida de este mairenero de 24 años no acaba aquí. Tras salir de su curso, a las 21.00 horas, regresa a Mairena del Alcor, donde se encuentra con sus compañeros de grupo Juan, Fran, Lucas y Acacio, todos ellos integrantes del conjunto Balazos, para ensayar, echar unas risas y pasar un momento distendido dentro de su ocupada vida. Los fines de semana se convierten en unas merecidas mini vacaciones que, a veces, se ven enturbiadas por alguna máquina expendedora averiada que tiene que arreglar, ya que su empresa presta servicio técnico a toda España. Este hecho le ha obligado a perderse en más de una ocasión una de sus pasiones, ver a su Sevilla FC en acción.

Junto con sus manos, el coche es su principal herramienta de trabajo ya que es como se desplaza de un pueblo a otro cada semana.

José Manuel se queja de que la falta de tiempo le impide ver a su pareja y hacer más cosas juntos ya que ella, una mairenera de 20 años, estudia en Sevilla y además trabaja por las tardes, por lo que no hay día que llegue antes de las 23.00 horas a su casa. Insiste en que para estar atento en el trabajo y en los estudios no se puede acostar tarde, por eso acostumbra irse a dormir en torno a las 23.15 horas. "Si no, no rindo", reconoce.

Él es consciente del desgaste que sufre llevando este tipo de vida, aunque con convicción afirma que "el sacrificio que hace ahora es la única manera de que, el día de mañana, pueda tener un nivel de vida medianamente bueno". Por como otros jóvenes, es consciente de que "la vida está muy cara".

En un futuro no muy lejano desea que su vida se asiente ya que reconoce que le gustaría tener más tiempo para él y para dedicarle a los suyos.

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