Cultura

El viaje del Carambolo

El Metropolitan rodeará el tesoro de 400 piezas de África, Asia y Europa para explicar cómo el choque entre civilizaciones delMediterráneo influyeron en las artes del III milenio antes de Cristo.

el 29 mar 2014 / 23:30 h.

CARAMBOLO El Tesoro está formado por 21 piezas, si bien el Metropolitan solo pide las tres de más valor. Si el Ministerio de Educación y Cultura español no pone finalmente ningún reparo al préstamo de tres de las 21 piezas originales del Tesoro del Carambolo al Museo Metropolitano de Nueva York –algo que el alcalde deSevilla, Juan Ignacio Zoido, da por sentado–, la muestra Desde Asiria a Iberia cruzando continentes en los albores de la Edad Clásica contará finalmente con el vestigio más valioso de nuestra civilización, que compartirá vitrina con algunas de las obras de arte más cotizadas del Mediterráneo. El brazalete, el frontil pectoral con rosetas y el collar de oro del ajuar atribuido recientemente a los fenicios podrán verse del 15 de septiembre de 2014 al 4 de enero de 2015 en la ciudad estadounidense dentro de la última muestra de una trilogía expositiva desarrollada en la última década por el Metropolitan, dedicada al arte del tercer milenio antes de Cristo. En concreto, las exhibiciones precedentes fueron Arte en las primeras ciudades: el tercer milenio antes de Cristo desde el Mediterráneo hasta la India y Más allá de Babilonia: Arte , Comercio y Diplomacia en el segundo milenio antes de Cristo. La exposición que arrancará a finales de verano ofrecerá una visión del origen y el desarrollo de la tradición artística del mundo occidental, que hunde sus raíces en la interacción entre las regiones costeras del Mediterráneo y Oriente Próximo durante la Antigüedad. En total, el Metropolitan reunirá unas 400 piezas de diferentes museos de Asia, África y Europa, la mayoría procedentes de Grecia, concretamente del Museo Arqueológico Nacional, del Arqueológico de Heraklion, Esparta, Thera, Olimpia, Delphoi, Eretria y Samos. Algunos de estos artículos forman parte de las colecciones más valiosas de aquel país y se emplearán para enriquecer tres de las secciones de la muestra, concretamente las dedicadas a la civilización griega: Chipre, Santuarios griegos y Creta–. El resto de secciones se esparcen por el Mediterráneo y se titulan La transición de la Edad de Bronce y el amanecer de la Era Clásica, Asiria, Urartu y el noreste de Irán, Siro-hititas, Oriente Próximo, Frigia y Lidia, Tumbas etruscas, Iberia, Cerdeña, Babilonia y El Cilindro de Ciro. Dentro del apartado Iberia se ubicarán las tres piezas del Tesoro del Carambolo, un conjunto de elementos de oro y cerámica que, aunque inicialmente se atribuyeron a la misteriosa civilización tartésica, recientes estudios lo consideran un ajuar empleado en los sacrificios animales que se llevaban a cabo en templos fenicios dedicados al dios Baal y la diosa Astarté, situados en el cerro de El Carambolo. Partiendo de estas piezas arqueológicas, la muestra tratará de ilustrar cómo a partir del colapso de la Edad del Bronce, el mundo interconectado en torno a grandes centros urbanos, que se había desarrollado durante dos mil años entre Oriente Próximo y el Mediterráneo oriental, se fragmentó durante la llamada Edad Oscura en grupos de comerciantes, en medio del creciente poder del Imperio Asirio. Sin embargo, el legado de esa denominada Edad de los Héroes y las referencias a este pasado cortesano sobrevivieron no solo en los escritos de Homero, sino también en este oficio que perduró y dio frutos como marfiles brillantemente tallados o la fina orfebrería y la joyería de lujo creada por artesanos del cercano Oriente a principios del primer milenio antes de cristo. Éste era el mundo de Odiseo, en el que proliferó el comercio terrestre y marítimo, con los comerciantes fenicios expandiéndose por Europa y el norte de África, llegando incluso a los pilares de Hércules –Estrecho de Gibraltar–. Fue un momento de gran expansión territorial, en el que los asirios fueron los primeros de una sucesión de potencias asiáticas occidentales que conquistaron tierras extranjeras y se llevaron como tributos las obras de artesanía para embellecer sus palacios. 15624720 La vasija Canopo de Almuñécar. Otra de las piezas que aportará Andalucía a la muestra llegó aquí posiblemente como resultado de esos movimientos. Es el Vaso Canopo, que contuvo los restos del faraón Apofis, y que fue trasladado a la península por los fenicios.Se trata de una vasija encontrada en Almuñécar, de arte funerario egipcio, que es además el documento escrito más antiguo hallado en la península, ya que cuenta con grabados jeroglíficos en su embocadura y el sello real en su cuerpo. Esta fue también una época de expansión colonial griega en el Mar Negro y el Mediterráneo oriental y occidental, que culminó con el choque de las ambiciones imperiales que llevaron a la confrontación de los persas de Oriente y los helenos de Occidente en el marco de una intensa interacción cultural. La exposición tratará de ilustrar la profunda influencia en las artes visuales que tuvo el impacto de este tipo de encuentros, recreando así los orígenes y desarrollo de las tradiciones artísticas en el mundo occidental y sus raíces profundas en la interacción entre el antiguo Oriente y el Mediterráneo. El Metropolitan de Nueva York está además buscando patrocinador para la muestra Desde Asiria a Iberia cruzando continentes en los albores de la Edad Clásica. Esta práctica es habitual en los museos estadounidenses. En este caso en concreto, el centro neoyorquino ofrece modalidades de patrocinio parcial, copatrocinio y patrocinio en exclusiva, una opción para la que habría que abonar un millón de dólares. No le costará tanto lograr publicidad a las instituciones que han facilitado el préstamo del Carambolo a EE.UU. Sólo por la cesión, el nombre del Arqueológico hispalense aparecerá en la muestra y en el catálogo que se edite. Lo que no se sabe aún es si en esas menciones se explicará que en ese museo sevillano no se pueden ver las piezas originales del tesoro fenicio que de momento solo se podrá contemplar, y en versión reducida, cruzando el charco.

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