Han aparecido las balanzas fiscales y dicen lo que tienen que decir: pagan más los que más tienen. No dicen, en sí, algo sabido: los que más pagan no quieren seguir haciéndolo; sí afirman de forma elocuente otra cosa: Pizarro, el popular, no tenía razón, tampoco la derecha-izquierda caviar y pizpireta: Andalucía no es un país subsidiado, es más, en relación a su PIB, hace un gran esfuerzo de solidaridad.
Seguramente, el dato contribuirá a la autoestima de los andaluces, maltrecha de tanto abuso de los ideólogos de la pena negra. Es de suponer la cara que habrán puesto los alemanes -los catalanes de la UE-, lo digo por lo de contribuyentes netos. Resulta que a pesar de estar más de veinte puntos por encima de la media de PIB de la UE y que son contribuyentes en el Reino, tanto madrileños como catalanes, se siguen beneficiando de la solidaridad europea. Cómo explicar en Europa que en España se quejen de dar, madrileños y catalanes, cuando exigen fondos solidarios de la UE.
Es un escándalo que hogaño, unos y otros sigan financiados por el Fondo de Cohesión, pensado para países europeos con un PIB inferior al 90% de la media europea. Cataluña recibirá cerca de 3.000 millones de euros y hasta del Fondo tecnológico, y Madrid igual, a parte, ésta, de disfrutar fiscalmente de las sedes centrales. Ahora toca la financiación autonómica y no quieren hacer lo mismo que los europeos hacen con ellos. A la primera andanada se han cargado la multilateralidad, primer objetivo.
Por eso, siendo claro e incisivo el Vicepresidente Griñán al exigir que las Comunidades sean leales y digan qué es lo quieren, que sean transparentes, no es menos cierto que lo que quieren, de momento, es negar la mayor y negociar de forma bilateral. No deja de sorprender que el PSC pida en su Congreso un Senado federal, con esencias multilaterales, y su Trigovern dinamite la negociación de todos. Claro, el problema no es pedir, es tener poder para hacerlo y además, que te lo tengan que dar.
Licenciado en Derecho y Antropología
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