El polideportivo de Sant Boi de Llobregat (Barcelona), que se derrumbó causando la muerte de cuatro niños el pasado 24 de enero, presentaba deficiencias en su construcción, aunque el viento fue el causante del siniestro, según los estudios encargados por el consistorio.
Los informes señalan que el viento fue el causante del derribo del túnel de bateo del campo de béisbol de Sant Boi. Los tres estudios, encargados a los colegios de Arquitectos e Ingenieros y la Universidad Politécnica de Cataluña, y cuyo contenido fue presentado ayer en rueda de prensa por el alcalde de la ciudad, Jaume Bosch, coinciden en señalar que esta comarca sufrió aquel día rachas de viento "descomunales" y "extraordinarias".
En el caso del estadio de béisbol, estas rachas fuera de lo normal llegaron a alcanzar los 160 kilómetros por hora, un viento que supera los niveles de seguridad previstos por la normativa vigente para este tipo de construcciones, y que fue el causante del hundimiento del túnel de bateo, según los estudios presentados ayer por el regidor.
El juzgado de Sant Boi que instruye el caso también ha elaborado un informe pericial que ya está concluido pero que no se ha hecho público por el momento porque el caso está bajo secreto de sumario. A pesar de todo, el alcalde de Sant Boi reconoció ayer viernes que éste "difiere sustancialmente" de los que ellos han encargado.
El informe del Colegio de Arquitectos concluye que "el proyecto constructivo no contiene ningún error técnico evidente" pero señala que "había dos deficiencias constructivas: la falta de macizados armados verticales y la falta de anclajes de las vigas de la cubierta al muro", unas deficiencias que, según el alcalde, "no hubieran evitado el hundimiento".
Jaume Bosch aseguró que, según los estudios técnicos, el hundimiento del túnel de bateo "fue inevitable" y lo atribuyó "al efecto del viento".
El alcalde añadió que "ya no podemos dar marcha atrás y salvar la vida de los cuatro jóvenes pero tenemos que hacer todo lo posible para que episodios como éste no se repitan". Bosch comentó que siniestros como el registrado el pasado enero "deben llevar a extremar las medidas de seguridad en la edificación".
El accidente causó la muerte de cuatro niños e hirió a otras nueve personas, entre ellas dos monitores y otros siete menores, que se refugiaron en el pabellón por el fuerte vendaval. El alcalde de la localidad manifestó ayer que los heridos en el accidente "se recuperan poco a poco".
El siniestro conmocionó a todo el país y se inició un debate sobre la seguridad del pabellón deportivo.