El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios de la Unión Europea (UE), Joaquín Almunia, no se anduvo ayer con contemplaciones sobre una crisis económica como la actual, y mostró la claridad de ideas y la energía que se requiere en estos tiempos de incertidumbre para manejar la estrategia económica de la UE. Almunia aprovechó su presencia como conferenciante en un acto organizado por El Correo de Andalucía bajo el patrocinio de Cajasol para anunciar que la UE ya tiene preparada una propuesta de impulso fiscal que será estudiada por los jefes de Estado europeos en la reunión que mantendrán los días 11 y 12 de diciembre. El paquete de medidas tendrá un carácter temporal y se dirigirá hacia aquellos sectores que incentiven cuanto antes el consumo y la inversión en el continente. Almunia dejó bien claro que la crisis es de tal calado que las decisiones previstas se tienen que tomar "ya y ahora" y reconoció que hemos estado "a un paso del colapso" del sistema financiero y que aún queda mucho por hacer para mitigar los efectos de la recesión en las empresas y las familias españolas. El sistema sigue en estado de alerta roja y, por tanto, no se pueden centrar los esfuerzos en la adopción de medidas cuyos frutos se hagan palpables en cuatro o cinco años. Eso sí, según Joaquín Almunia, la adopción de tratamientos de choque fiscales y monetarios no debería dejar en un segundo plano la reflexión serena sobre la necesidad de emprender reformas estructurales en los mercados, incluido el del trabajo, más si cabe cuando la crisis empieza a adoptar un tinte social que la hace aún más dramática. Ahora bien, hay también algunos claros que se atisban en este paisaje, y a ellos se agarra el comisario europeo al recordar que esta situación tan angustiosa ha permitido recuperar valores que habían quedado en una "segunda fila" y que son esenciales para evitar desenfrenos como el que ha conducido a los mercados mundiales a un estado de semirruina.
