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Elegir a un rector

El próximo 10 de marzo, justo al día siguiente de los comicios nacionales y autonómicos, la Universidad de Sevilla elegirá, a través de su claustro, a un nuevo rector, la máxima autoridad unipersonal de la ya medio milenaria institución hispalense.

el 15 sep 2009 / 00:13 h.

El próximo 10 de marzo, justo al día siguiente de los comicios nacionales y autonómicos, la Universidad de Sevilla elegirá, a través de su claustro, a un nuevo rector, la máxima autoridad unipersonal de la ya medio milenaria institución hispalense. Y lamento de verdad que se haya producido esta coincidencia de fechas, porque este proceso electoral universitario va a quedar lógicamente muy eclipsado por el 9-M.

Creo sinceramente que hubiera sido interesante que la sociedad asistiera a un debate serio y en profundidad sobre el proyecto de universidad que ofrecen los dos candidatos que han presentado su candidatura. En 36 años de servidor público como docente he conocido a 12 rectores en cinco universidades: Cádiz, Córdoba, La Laguna, Granada y Sevilla. Y he llegado a la conclusión -que es también una obviedad- de que un rector manda mucho, muchísimo. Lo sé porque lo he visto y lo he vivido.

Un rector no sólo marca las directrices científicas y académicas, sino también la gestión económica y empresarial de todo el colectivo universitario. Detrás de la Complutense, la de Sevilla es la segunda universidad de España en importancia por su personal y número de alumnos. Y, como tal empresa, se encuentra entre las primeras de Andalucía, con 397.650.000 euros de presupuesto, un patrimonio inmobiliario de valor incalculable y 7.500 trabajadores en nómina (5.200 profesores y 2.300 miembros de personal de administración y servicios). Pero el impacto económico y social de la Hispalense es muy superior a lo dicho, porque sus 65.000 alumnos (repartidos en 68 titulaciones, 123 departamentos y 30 facultades y escuelas) generan en la ciudad una gran actividad económica difícilmente mensurable. Los estudiantes pagan alquileres, se desplazan, comen, van al cine, se visten, toman copas, compran libros, hacen fotocopias, etc. ¿Cómo medir la renta generada en la ciudad por este dinámico y juvenil colectivo?

El rector preside el claustro, el consejo de gobierno y todas las comisiones a las que asiste. Es su máximo jefe de personal. Representa a la Universidad ante todas las instancias oficiales. Firma convenios de colaboración con entidades y empresas públicas y privadas. Programa en colaboración con el Ayuntamiento, Diputación, Junta y Administración Central operaciones de gran repercusión en el ámbito inmobiliario local. Nombra al secretario general, al gerente, a nueve vicerrectores y a más de una veintena de directores de secretariados, oficinas y servicios. Es el último responsable a la hora de elaborar y hacer cumplir los presupuestos anuales. Programa inversiones. Y, sobre todo, decide y planifica la actividad docente e investigadora, que es la finalidad esencial de la institución.

El que sea nombrado el próximo día 10 de marzo habrá de enfrentarse además a la aplicación del Plan de Bolonia y a integrar a la Hispalense en el Espacio Europeo de Educación Superior. Y todos estos temas deberían ser debatidos ante toda la comunidad universitaria, no sólo ante ese Congreso de los Diputados que es el claustro, cuyos miembros decidirán con sus votos. Por todo lo dicho, yo quiero que salga un nuevo rector que sea un buen gestor empresarial. Pero también deseo que sea un gran universitario, un hombre sabio, un hombre honrado, un hombre libre y un hombre de Ciencia -con mayúscula- , sobre todo esto último.

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