Según datos de la federación Andalucía Acoge alrededor de 700.000 extranjeros están empadronados en Andalucía. Sin necesidad de entrar a desmenuzar la estadística, la mayoría de ellos provienen de diversos países de Iberoamérica. S
olventados, en gran medida, los problemas de integración, a los colectivos y asociaciones que los representan les falta superar otro escollo: la visibilidad. Por eso, cada vez son más los encuentros que se proponen con el objetivo de estrechar lazos culturales y sociológicos entre dos mundos no tan distantes. La Feria de las Naciones o Diversia Cultural serían dos ambiciosos ejemplos de ello.
Descendiendo un poco, también surgen propuestas realizadas con más empeño que medios por los propios interesados. Este fin de semana coinciden en Sevilla dos citas promovidas por representantes de dos países diferentes que tienen como fin demostrar que ellos también forman parte de la ciudad. ¿Su aportación? Además de su trabajo, traer aquí un pedacito de su cultura.
La Asociación Mexicana en Andalucía tiene afiliados a más de un centenar de miembros -entre nativos del país, marroquíes y españoles-. La finalidad parece clara: "Sentirnos más unidos", resume su presidenta, Guadalupe Solorzano. Sin embargo, la idea de orquestar una reunión de mexicanos nostálgicos está muy lejos de sus pretensiones. "Aquí nos encontramos como en nuestra tierra, coincidimos en muchos aspectos y creo que tenemos una especial facilidad para integrarnos", argumenta.
Tal vez por eso su organización está abierta a cualquier simpatizante del país centroamericano, basta con que sienta interés por las canciones de los mariachis y los chupitos de tequila. Justamente unos mariachis serán quienes el sábado por la noche animen la muy conocida Terraza Capote en el día que celebrarán junto con todos los sevillanos que quieran apuntarse la Fiesta del Bicentenario de la Independencia de México.
"No sólo venimos a pedir, también a ofrecer y en nuestro caso queremos aportar todo lo bueno que tenemos". Quien así habla es Nelly Clavo, responsable de la Asociación Amigos de Perú en Sevilla y Andalucía . Como ella, unos 60 peruanos hacen piña para conseguir que su cultura cobre forma en la ciudad que les acoge. De momento no les ha ido mal, en la última celebración de las Fiestas Patrias en el Parque del Alamillo movilizaron a 3.000 personas de todas las nacionalidades posibles que en aquel momento estaban en Híspalis.
La misma Nelly Clavo es un ejemplo de integración. Pertenece al Foro de Emigrantes y es delegada de Participación Ciudadana del Ayuntamiento en el distrito de Triana. Sobra decir que su nombre es un baluarte en el Consulado de Perú y que ella misma, junto con un equipo de abogados, se encarga de asesorar a quienes llegan aquí con la esperanza de encontrar un lugar más próspero para vivir.
"Sevilla es una ciudad muy acogedora y nosotros nos identificamos mucho con la gente de aquí. Coincidimos en algo muy importante: tenemos tiempo para la otra persona", explica. A cambio ella importa un mix de cultura: danzas afroperuanas, marineras y huayños cuyos saltos y piruetas no están tan lejos del flamenco como podría pensarse.El Ballet Andalatinos es la joya de la corona de esta asociación. La otra es su buena relación con importantes instituciones de la ciudad. Mañana mismo, a partir de las 19 horas en el Parque Miraflores, orquestan la jornada Conociendo Perú en colaboración solidaria con la ONG sevillana Madre Coraje.
Bolivianos, ecuatorianos, venezolanos, rumanos y, próximamente, rusos, también tienen en marcha, con mayor o menor gloria, sus colectivos desde los que proyectarse a una sociedad que, en demasiadas ocasiones, sólo sabe ver el lado más político y crudo del problema del migrante. Es precisamente en ese punto donde los representantes de unas y otras asociaciones coinciden. ¿Si la literatura iberoamericana goza de tanto prestigio en todo el mundo por qué no empezar a mirar más de cerca otras manifestaciones de su cultura?
