Javier Arenas suele contar cómo en 1996 José Antonio Griñán le cedió los trastos del Ministerio de Trabajo en un ejemplo de comportamiento y estilo democrático que él mismo y sus colaboradores entrantes recuerdan con gratitud. Si algo distingue al actual vicepresidente segundo del Gobierno de la Junta de Andalucía es su impecable manera de hacer y de decir, fruto de un talante moderado que le viene de nacencia. Cae en mis manos un número atrasado del diario Córdoba en el que se recoge una entrevista a Griñán con acotaciones de carácter personal a las que deseo referirme.
Cuando el periodista le interroga por sus gustos y aficiones y le pregunta por "un lugar de vacaciones", el Consejero de Economia y Hacienda contesta: "Siempre fue Cádiz. Pero, últimamente, se han puesto los precios de tal manera que me voy a Galicia". Y por si no estaba claro subraya: "Adoro Cádiz, pero los precios son prohibitivos". Chapeau, excelentísimo señor don José Antonio Griñán Martínez: Le van a decir que es usted políticamente incorrecto, y a mucha honra. No se lleva esa forma de manifestarse entre los cargos públicos, siempre temerosos del qué dirán, ni esa manera elegante de denunciar la escalada de precios que padece el litoral andaluz en verano.
Siempre me ha parecido patético el esfuerzo de muchos políticos por disfrazar la realidad, sobre todo la realidad cercana de su región o de su pueblo. Como cada vez que nos encontramos en el Ave el señor Griñán y yo intercambiamos opiniones sobre nuestras últimas lecturas, no quiero dejar de recomendarle un libro inteligente, "Gracias por no leer", de la escritora croata disidente Dubrabka Ugresic, que contiene esta perla: "El nacionalismo es la ideología del tonto: simplifica mucho el mundo". O lo que es lo mismo, que todo gaditano sensato sabe que su Cádiz es maravillosa, incomparable, paradisíaca y... Pero muy cara para pasar las vacaciones estivales.
No sé si la difusión de lo que antecede le creará algún problema al Vicepresidente económico de la Junta. Mas yo le animaría a que ponga de moda en Andalucía ese estilo de sin pelos en la lengua del que tan necesitados están nuestros gobernantes. Si los precios de Cádiz son prohibitivos en verano para quien vive de un sueldo, seguramente no del nivel de alto ejecutivo de la empresa privada, dígase sin tapujos y sin miedo al correctivo político o mediático. Y ya que los poderes públicos no pueden intervenir los precios en una sociedad de libre mercado, póngase al menos uno mismo como ejemplo de que las familias de clase media no pueden permitirse determinadas alegrías.
Es cuestión de credibilidad. Por eso cuando el entrevistado le cuenta al periodista Francisco Expósito las medidas que está adoptando su Consejería para hacer frente a la crisis, el lector sabe instintivamente que José Antonio Griñán está diciendo la verdad. Porque tanta verdad tiene aquello como debe tener esto.
Periodista
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