El partido está a punto de terminar y Antonio Tapia, en la línea de banda, conversa con Achille Emana. Acto seguido, el camerunés realiza una clara falta sobre un jugador de la Real Sociedad y muestra su sorpresa cuando el árbitro señala la infracción. El colegiado no le muestra ninguna tarjeta, pero el jugador no deja que la falta se saque en las condiciones legales y Hevia Obras no tiene más remedio que mostrarle la cartulina por "no respetar la distancia reglamentaria en la ejecución de un tiro libre", según el acta.
Más tarde, en la sala de prensa, el entrenador del Betis reconoce que la amonestación fue forzada por Emana siguiendo indicaciones suyas. Lo curioso, y aparentemente extraño, es que el mediapunta acumula cuatro amarillas con la que le enseñan en Anoeta. Pero todo tiene su explicación: el Betis confía en que el futbolista juegue ante el Huesca el 2 de enero, y después de ese encuentro lo perderá durante un mes por culpa de la Copa de África.
Así pues, la intención del cuerpo técnico es que Emana también fuerce otra tarjeta en el primer choque de 2010 para así cumplir la sanción mientras está con su selección en Angola y regresar limpio de amonestaciones cuando acabe el campeonato africano. La jugada está bien pensada, pero puede salirle al revés en el caso de que Camerún no autorice a Emana a quedarse hasta después del partido contra el Huesca. Hoy se sabrá la decisión final.
