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Emana le da la vuelta al Betis como un calcetín

el 08 sep 2010 / 21:57 h.

 
El Betis se plantó en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey después de levantar un 2-0 adverso en el Nuevo Estadio de Los Cármenes y forzar una prórroga y unos lanzamientos de penalti en los que sus cinco ejecutores –Caffa, Salva Sevilla, Ruben Castro, Emana y Dorado– hicieron pleno, por lo que resultó decisivo el que Goitia le detuvo a Alex Geijo, aunque mucho más decisiva fue, antes, la entrada de Emana y Rubén Castro (53’) cuando pintaban bastos, pues con el camerunés sobre el campo el Betis fue otro equipo, muy superior al que hasta entonces se había visto y había estado a merced de un voluntarioso Granada.

De salida, el equipo que puso Pepe Mel, capitaneado por Fernando Vega y con Israel de único delantero –ojo al dato– iba camino del matadero. La alineación titular se parecía más a la que podía haber emplear Oli la pasada campaña aquí mismo –cuando el Betis B visitó Los Cármenes en partido del grupo IV de Segunda B–, pero es que no le queda otra al muy capaz técnico madrileño, al que, por mucho que presuman sus jefes, le han dejado un plantel cogido con alfileres, sin recambios de garantía en varios puestos y con el que ha de hacer juegos malabares para presentar equipos fiables en dos competiciones.

El de ayer en Los Cármenes era un Betis B reforzadito con Goitia, Roversio, Fernando Vega, Dorado, Salva Sevilla y Juanma. Claro que enfrente tampoco estaba el Milan de Sacchi, aunque para el envite  Fabri –en la grada por sanción– sí tiró de lo mejor que tiene en casa, pues para los granadinos la Copa es un regalo y no un marrón como lo es para Pepe Mel, con esta plantilla tan corta y la obligacióm imperiosa de ascender.

Así que la salida del Granada fue impetuosa y, por momentos, lo hizo pasar muy mal a los verdiblancos, que durante los primeros veinte minutos se vieron encerrados en su parcela y sometidos al bombardeo de Dani Benítez, Geijo y compañía.

Salva Sevilla tardó en cogerle el aire al partido, aunque poco a poco, con la ayuda de Beñat y Cañas, la tormenta inicial se fue calmando. Con lo que no contarían los béticos, seguro, era con el penalti que se inventó Lesma López, que empezó a complicar la noche más de lo que se había complicado ya con ese once inicial que Mel, con buen criterio, había puesto en liza y que no daba para mucho más. Para rizar el rizo, Dani Benítez se marcó un golazo nada más empezar la segunda parte que dejaba el choque visto para sentencia, visto lo visto, pues los béticos, hasta entonces, habían sido incapaces de generar una sola ocasión de gol.

Pero anduvo rápido de reflejos Mel: dio entrada a Emana y Rubén Castro (53’) y en unos minutos todo cambió. Ayudó la expulsión de Abel (55’), aunque fue  la sola presencia de Emana la que acabó desquiciando a los locales. Un gol suyo y una magistral asistencia a Rubén Castro, con apenas diez minutos entre ambas acciones, permitieron al Betis remontar y coger las riendas del choque. A partir de entonces, siempre estuvo más cerca el 2-3 que otra cosa, aunque hizo falta una prórroga y los penaltis para culminar la remontada.

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