El Ayuntamiento prevé sacar a la venta tras el verano botellas de agua original de los embalses de Sevilla, previo tratamiento de potabilización en depuradoras de Emasesa. El Consistorio asegura contar ya con las licencias para su consumo y usará la misma marca que aglutina a las empresas municipales: 'DeSevilla'.
El alcalde Alfredo Sánchez Monteseirín acudirá dentro de 13 días a la Expo de Zaragoza a presentar la salida al mercado del agua embotellada DeSevilla. El vicepresidente de la Agrupación de Interés Económico, Manuel Marchena, confirmó el miércoles que "Emasesa cuenta ya con todos los permisos jurídicos para comercializar agua embotellada". El producto, según Marchena, "saldrá primero a la venta en Sevilla, y después se comercializará en toda España".
El agua de Emasesa proviene de los cuatro embalses de la provincia: Aracena, Zufre, Minilla y Gergal, pero es tratada en sus depuradoras para hacerla potable y apta para el consumo. La Estación de Tratamiento de Agua Potable, situada en El Carambolo, es la central que se ha encargado de evaluar las características y componentes del agua DeSevilla antes de anunciar su salida al mercado. Marchena insistió en que el agua embotellada "no es del mismo tipo de la del grifo". Emasesa cuenta con dos plantas de embotelladoras y cuenta con una remesa de agua envasada en tetra brick, por si fuera necesario abastecer de urgencia a algún municipio.
Existen tres tipos de agua embotellada, según su procedencia: las aguas minerales naturales y las de manantial, ambas de origen subterráneo, y el agua potable preparada, como la de Sevilla, que ha sido sometida a tratamientos físico-químicos para que cumplan los mismos requisitos sanitarios que se exige al agua del grifo o de consumo público. El 92% del agua envasada en España corresponde a las minerales naturales, el 5,4% a las de manantial y el resto a las potables preparadas.
Emasesa quiere entrar en un mercado que produce al año más de 5.000 millones de litros de agua envasada, según el Ministerio de Industria. Pretende, así, seguir los pasos del Ayuntamiento de Barcelona, cuya empresa de aguas es de las más importantes del país -su sede está en la imponente torre Agbar-. En la ciudad condal, casi el 60% del agua que se ingiere está envasada, frente al 38% del grifo.
Entre el río y el grifo . El agua, o más bien la falta de ella, siempre ha sido un elemento de discordia en Sevilla. Hace 15 años Sevilla sufrió una de las mayores sequías que se recuerdan y la ciudad sufrió cortes periódicos de agua. Hace sólo tres años, la falta de reservas obligó a mezclar el agua purificada de Emasesa con agua recogida del embalse del Gergal. Fue la primera medida en otro año de sequía acuciante que se prolongó tanto que finalmente la empresa pública anunció que tomaría agua del río Guadalquivir para hacerla potable.
Ahora mismo, la reserva de agua de los pantanos garantizan un consumo medio de tres años para toda la provincia. Los sevillanos gastan 40 litros diarios menos que en 1992, pero el doble de los 60 que exige el Ministerio de Medio Ambiente. Por ahora, Emasesa no quiere adelantar el precio de la botella ni la fecha de salida al mercado.